En 2008, en Kolomna (parte central de Rusia) fue recuperada la receta antigua de la pasta de fruta “pastilá” con sabor de manzana, gracias a la cual Kolomna se... 28.08.2011, Sputnik Mundo
En 2008, en Kolomna (parte central de Rusia) fue recuperada la receta antigua de la pasta de fruta “pastilá” con sabor de manzana, gracias a la cual Kolomna se hizo famosa en toda la Rusia prerrevolucionaria. El Museo del “Sabor olvidado” recrea el ambiente del siglo 19, da a conocer la historia de este manjar e invita a los visitantes a probar sus numerosas variedades.
En 2008, en Kolomna (parte central de Rusia) fue recuperada la receta antigua de la pasta de fruta “pastilá” con sabor de manzana, gracias a la cual Kolomna se hizo famosa en toda la Rusia prerrevolucionaria. El Museo del “Sabor olvidado” recrea el ambiente del siglo 19, da a conocer la historia de este manjar e invita a los visitantes a probar sus numerosas variedades.
La “pastilá” de manzana, inventada por los habitantes de Kolomna en el siglo XVI, fue el manjar predilecto de Iván el Terrible, Catalina la Grande, Fiódor Dostoyevski y León Tolstoi. La fabricaban de una variedad de manzanas locales de sabor algo agrio, añadiendo miel, nueces y bayas. Durante la Primera Guerra Mundial las fábricas se cerraron una tras otra, y la receta única se perdió.
La ciudad se acordó de la “pastilá” pasado casi un siglo, en 2008. Kolomna fue sede de un campeonato y quiso ofrecer algo muy original en el marco de su programa cultural. Así fue concebida la idea de recuperar el manjar antiguo. Los entusiastas dedicaron mucho tiempo para encontrar la receta y reproducir la complicada tecnología de fabricación de ese dulce.
En abril de 2008 se tomó la decisión de abrir un museo de la “pastilá”. Los autores del proyecto recrearon el ambiente de una casa urbana provincial del siglo XIX, dice la directora del museo Natalia Nikítina.
El museo se ubica en un pabellón del siglo XIX. Los visitantes, recibidos por un ama vestida según la moda de la época, al entrar se sienten envueltos en diversas fragancias. Huele a manzanas, canela y otras especies. El ama los invita a probar la “pastilá” y escuchar unas historias de la ciudad.
El interior del museo fue recreado a partir de las descripciones halladas en obras de unos literatos de Kolomna. Los sábados, en el museo se dan espectáculos basados en piezas de Chéjov. En la foto: la guía pone la mesa en espera de las visitas.
La “pastilá” es un manjar sano porque es rica en pectina y celulosa, tiene pocas calorías. Médicos la recomiendan tomar, a la par con la leche, a los ocupados en trabajos insalubres.
La administración del museo quiere abrir en su recinto una cafetería y un Museo de Dulces Sueños, en que los visitantes podrán sumergirse por unas horas en el siglo XIX.
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