Irán presentó una demanda judicial contra Rusia para obligarla a cumplir un contrato sobre ele suministro de los sistemas de defensa antiaérea S-300, rescindido por Moscú en 2010.
Las posibilidades de que las autoridades iraníes consigan algo por vía judicial son pocas, aunque la parte iraní considera que tiene argumentos convincentes.
“Desde el inicio afirmamos que los suministros de los sistemas S-300 no estaban sujetos a los efectos de la resolución 1929 del Consejo de Seguridad de la ONU – dijo recientemente en rueda de prensa en Moscú el Embajador de la República Islámica de Irán en Rusia Mahmud Reza Sadjadi.
Añadió que hace casi medio año Teherán presentó la demanda al Tribunal Internacional de Arbitraje, y que en su opinión, el gobierno iraní tiene un argumento jurídico de peso para obligar a Rusia a cumplir sus compromisos.
Una transacción fallida
En realidad, a Teherán puede perder el pleito. Los intentos de las autoridades iraníes de apelar a instancias judiciales pueden quedar truncados ante la circunstancia de que nadie suspendió el cumplimiento del contrato.
Simplemente, la transacción quedó anulada por el decreto presidencial sobre la adhesión de Rusia al régimen de sanciones contra Irán.
En otoño de 2010, Rusia rehusó oficialmente suministrarle a Irán toda una lista de armamentos de acuerdo con la resolución 1929 del Consejo de Seguridad de la ONU e incluyó en esa lista de armamentos los sistemas defensivos S-300.
Al respecto, es importante señalar que todavía en verano del 2010 EEUU reconoció que la resolución de la ONU no afectaba a los misiles antiaéreos S-300, aunque pidió al Kremlin que de forma unilateral anulara el contrato con Teherán.
En resumen, el contrato de suministro de cinco sistemas de misiles antiaéreos por un monto de 800 millones de dólares no fue suspendido o incumplido, sino anulado directamente.
La historia de los suministros de armamento antiaéreo ruso a Irán se remonta al año 2007.
La transacción en seguido pasó a ser objeto de presiones por parte de diversos “jugadores internacionales”, empeñados en impedir que Teherán recibiera este armamento.
Como resultado, los misiles S-300 no llegaron a Irán, aunque, según datos no confirmados, a comienzos de los 90, los militares iraníes recibieron varios sistemas obsoletos de este tipo. Si ya entonces eran obsoletos, es difícil que tengan una capacidad de combate importante en la actualidad.
Los S-300 que debían suministrarse a Irán no son de los más sofisticados. Existe una versión perfeccionada de los mismos: S-300 “Favorit” que se vendieron a China y Argelia.
Este modelo modernizado cuenta con un radar nuevo y un misil mucho más eficaz en lo que respecta a la eliminación de misiles balísticos.
Las pérdidas financieras derivadas de la anulación del contrato son cuantiosas. A los 800 millones de dólares que no llegaron a engrosar las arcas públicas rusas, hay que agregar 400 millones de dólares en calidad de multas por la rescisión unilateral del contrato a iniciativa de Rusia.
Añádase a ello el deterioro de la imagen nacional, pues el muchos países del Tercer Mundo sigue con atención la coyuntura política del mercado global de armamentos.
Vagas perspectivas
Al presentar la demanda judicial, lo único con que puede contar la parte iraní es la devolución de compensaciones, tal como lo estipula el artículo del contrato relacionado con el incumplimiento del contrato por fuerza mayor.
A jugar por todo, Moscú pensaba pagar a Irán esa compensación por un monto de 400 millones de dólares.
Para recibirlas la parte iraní no tuvo porque acudir a los tribunales, y ahora la sentencia de los jueces seguramente incluirá exclusivamente el pago de esas compensaciones, y no el cumplimiento del contrato.
Cuesta creer que las autoridades iraníes contaban con obtener algo con el pleito. Es posible que estemos ante una acción meramente propagandística, carente de contenido concreto cuyo único objetivo es demostrar al Kremlin el descontento de la cúpula dirigente iraní.
Es poco probable que este gesto surta algún efecto. Parece que la decisión es definitiva. Los ejecutivos de la agencia estatal rusa exportadora de armas “Rosobornexport” sistemáticamente declaran a la prensa que los suministros de armamentos pueden efectuarse inmediatamente después de que sea levantada la prohibición impuesta por la ONU sobre Irán.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI