Durante la visita a Rusia, el líder de Corea del Norte Kim Jong Il se interesó por la posibilidad de abrir en el Lejano Oriente ruso una fábrica de cerveza y restaurantes norcoreanos, informó hoy el representante del presidente de Rusia en el Distrito Federal del Lejano Oriente, Víctor Ishaev.
Durante cinco días Ishaev, por encargo del presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, acompañó a Kim Jong Il en sus desplazamientos por territorios rusos.
“Kim Jong Il me dijo que estarían dispuestos a fundar aquí una fábrica de cerveza. En Jabárovsk tenemos una planta de Báltika, además de cervezas de China, Japón y Alemania. Si a eso sumamos una norcoreana, no creo que alguien estaría en contra”, dijo el funcionario a la prensa.
Además, según Ishaev, el líder norcoreano preguntó por la rentabilidad de la apertura de establecimientos de comida de su país en el Lejano Oriente y las ciudades que podrían acoger esos negocios.
También se abordó la posibilidad de cooperación en el sector de la agricultura.
“Ofrecimos a la parte norcoreana cultivar productos por su encargo o contratar a sus trabajadores para la realización de ese trabajo”, explicó el representante de Medvédev en el Distrito Federal del Lejano Oriente.
Ishaev aprovechó para elogiar a Kim Jong Il, a quien calificó de “un erudita que además entiende muy bien de muchas cuestiones técnicas”.
El líder norcoreano arribó secretamente en su tren blindado a Ulán-Udé, capital de Buriatia, en la mañana del martes. Visitó el lago Baikal, recorrió una zona turística en construcción, probó la comida buriáta, hizo una pausa ante la estatua de Lenin.
El acontecimiento central de la visita de Jong Il fue el encuentro que sostuvo ayer con el presidente ruso, Dmitri Medvédev, en la ciudad militar “Sosnovi Bor”.
La víspera, el máximo líder de la República Popular Democrática de Corea abandonó Rusia rumbo a su patria.
