A pesar de largos siglos aislados de la vida continental y sin las comodidades de la civilización, el pueblo chukchi logró conservar, por buenas o por malas, su identidad étnica y cultural en el siglo XXI. Y entre todos los alimentos que ahora tienen a su alcance, los chukchis prefieren antes que todo la comida de mar, peces y morsas porque son parte inalienable de sus tradiciones y cultura, al ser durante siglos fue la base de sustento en una de las zonas menos aptas para la vida humana del planeta.
En los siglos XVIII-XIX la morsa fue sometida a masacres intensivas y se vio al borde de la extinción. En 1956 la URSS prohibió la caza comercial de estos animales marinos у el veto sigue en vigor. Pero los aborígenes de Chukotka, así como de Canadá, EEUU (Alaska) y Dinamarca (Groenlandia) gozan de un derecho exclusivo y tienen cuotas regulares de caza de subsistencia y también para mantener su modo de vida tradicional.
Capital de la caza de morsas
Mantener el modo de vida tradicional es, por supuesto, una cosa sagrada para los chukchis y, además, la supervivencia del pueblo en varios rincones de la región depende directamente de la caza de morsas. Como sucede, por ejemplo, en la pequeña población de Lórino, en el territorio del asentamiento esquimal antiguo Nukak.
La localidad está situada a las orillas del golfo Mechigmensky en el mar de Bering. Lórino está unida por una carretera sin asfalto de 40 kilómetros con Lavrentia, el poblado más cercano, que es al mismo tiempo el centro del distrito у tiene un pequeño aeródromo con un solo avión que lleva pasajeros a Anadir, capital de Chukotka, una vez a la semana, al única forma No existe otra foringún otro modo no sirve para vencer esta distancia de 500 kilómetros.
El número de habitantes de Lórino alcanza casi 1500, entre ellos 80% de aborígenes de la península. Hay tres tiendas, una federal y dos privadas, pero el surtido en los mostradores es muy exiguo: una o dos variedades de embutidos y de quesos y latas de conservas. Funciona una panadería. Los precios son muy altos debido a las dificultades del transporte. Estas condiciones, es indispensable tomar el arpón o el rifle.
Cómo matar y dónde almacenar
La morsa viene al golfo Mechigmensky a mediados de junio migrando en grandes manadas desde el estrecho de Bering en el este hacia el oeste. Esto significa el comienzo de la temporada de caza que dura hasta mediados del otoño. La caza de estos gigantes marinos está bajo un control riguroso y limitado en 2011 a una totalidad de 500 piezas que se divide según las cuotas individuales para cada asentamiento. Existe también un límite especial para las ballenas mientras que no hay prohibición alguna en Chukotka para dar caza a focas y aves.
Los cazadores suelen salir al mar en una o dos embarcaciones. Empiezan con acechar la salida de alguna morsa a la superficie para tomar aire. Entonces los chukchis se acercan a este lugar lo más cerca posible para que el cazador pueda arrojar el arpón contra el mamífero marino. El arpón está atado una boya en forma de bola anaranjada. Al impactar en la presa, la boya permite seguir la posición de la morsa en espera de su reaparición en el campo de vista de los cazadores.
Es cuando comienza la persecución. Los chukchis son cazadores genuinos y siempre tratan de matar a la morsa por una sola bala. Los aborígenes tienen un enfoque casi filosófico hacia la vida y el ambiente. Matan animales por necesidad y no piden perdón de sus dioses por almas inocentes perdidas, pero tampoco muestran crueldad inadecuada durante la caza.
Atan la morsa muerta con una cuerda y la remolcan hacia la orilla donde la deshuesan. Durante el proceso, los habitantes locales pueden llevar a casa la cantidad necesaria de carne que posteriormente almacenan en una heladera natural, trinchera con nichos excavada en la tierra que sirve de frigorífero la mayor parte del año.
El cuerpo del animal adulto puede llegar a una tonelada y es cortado y fileteado en grandes porciones de 80 a 90 kilogramos que se ponen en sacos cosidos. Estos bultos rectangulares se llaman copalguenes, en chukchi, y son abandonados a la descomposición y a la fermentación durante el otoño y finalmente congelados durante el invierno. Una familia normal con un equipo de perros de trineo necesita de 7 a 8 copalguenes. Como regla, estos nómadas norteños no hacen reservas de sobra. En la práctica, los chukchis no usan especies y prefieren comer carne o pescado un poco rancios.
Producción sin deshechos
Los ribereños en Chukotka suelen practicar la caza marina que asegura su modo de vida tradicional y protege la cultura nacional de los aborígenes del Norte. La carne y grasa de estos animales marinos son ricos en aminoácidos necesarios y forman una parte inalienable de la ración nutritiva de la población local sirviendo a la vez de base para mantener la inmunidad y elaborar la vitamina D. Pero los chukchis tienen también una costumbre de utilizar todas las partes de la morsa capturada: los colmillos del gigante marino son un material perfecto para los artículos grabados a cincel y la grasa sirve para el calentamiento y alumbramiento. El pellejo es muy duro y se usa para hacer cuerdas y proteger la vivienda contra el frío, así como para revestir el baidar (una especie de canoa) chukchi tradicional. Por fin, el intestino y estómago sirven para producir capas impermeables.
Según las disposiciones previstas en el reglamento de la Comisión Ballenera Internacional y en la legislación de la Federación Rusa, la morsa capturada se distribuye gratuitamente para el consumo de los habitantes locales.
