Rusia previno hoy a Georgia de emprender nuevas aventuras en el Cáucaso Sur al amparo de la llamada marcha de paz hacia Osetia del Sur, antigua autonomía georgiana cuya independencia Moscú reconoció el 26 de agosto de 2008.
La cancillería rusa emitió este martes una declaración denunciando esa marcha, por tratarse de “un intento de penetración ilegal masiva en territorio suroseta bajo la consigna del retorno de refugiados a sus hogares”.
“Prevenimos enérgicamente a Georgia de emprender una nueva aventura en la región. Confiamos en que otros miembros de la comunidad internacional también enviarán a Tbilisi señales inequívocas al respecto”, consta en el documento.
En la marcha hacia la frontera suroseta, prevista para el próximo viernes, podrían participar hasta 3.000 refugiados que las autoridades georgianas, según el comunicado, reclutan “mediante amenazas y presiones”, en algunas ocasiones, exigiendo que la gente se comprometa por escrito a asistir.
El Ministerio ruso de Exteriores calificó ese plan de “irresponsable y provocador”, pues entraña el peligro de desestabilizar la de por sí precaria situación en la región. El presunto velo por los refugiados, a juicio de la cancillería rusa, “no es más que una moneda de cambio en el juego político” de dirigentes georgianos.
Georgia lanzó una ofensiva contra Osetia del Sur en la madrugada del 8 de agosto de 2008 y destruyó una parte de la capital suroseta, Tsjinvali. Rusia envió tropas a la región para proteger a los habitantes de Osetia del Sur, muchos de los cuales tenían nacionalidad rusa, y expulsó a las tropas georgianas tras cinco días de hostilidades. El 26 de agosto de 2008, reconoció la independencia de Osetia del Sur y otra antigua autonomía georgiana, Abjasia. Tbilisi respondió con la ruptura de las relaciones diplomáticas con Moscú y proclamó ambas repúblicas “territorios ocupados”.