El ex presidente de Egipto, Hosni Mubarak, y sus hijos Alaa y Gamal, negaron hoy las acusaciones de abuso de poder e implicación en la muerte de manifestantes durante la revuelta popular iniciada en enero pasado.
"Niego todas estas acusaciones", expresó Mubarak.
El fiscal formuló anteriormente las acusaciones contra el ex mandatario egipcio y sus dos hijos.
Mubarak, de 86 años, compareció hoy ante un tribunal improvisado en la Academia de Policía, en El Cairo, acostado en una camilla enjaulada. Ha sido acusado de implicación en la muerte de manifestantes durante la Revolución del 25 de enero, en la que murieron centenares de personas y que finalmente provocó su destitución.
También se le acusa de corrupción, abuso de autoridad y enriquecimiento ilícito. En el banquillo de los acusados asimismo se sentaron, aparte de Mubarak y sus dos hijos, el ex ministro del Interior, Habib Al Adli, y sus colaboradores más próximos.
La acusación insiste en que Mubarak quería sofocar con la ayuda del Ejército las protestas populares que exigían su dimisión. Entonces murieron casi 850 personas y más de 6.000 resultaron heridas.
Mubarak fue transportado a la capital egipcia en un avión especial desde la ciudad turística de Sharm el Sheikh, donde permaneció bajo custodia durante los últimos cuatro meses.
Mubarak gobernó Egipto durante casi 30 años. Renunció el pasado 11 de febrero y traspasó sus poderes de jefe de Estado a la cúpula del Ejército tras casi tres semanas de protestas y disturbios públicos. La Fiscalía General ordenó detenerlo el 12 de abril.
