El plan secreto para Muamar Gadafi

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Tras las negociaciones sostenidas en Rusia por el enviado de Gadafi, ministro libio de Asuntos Exteriores, Abdul Ati al-Obeidi, se presenta la posibilidad de terminar la guerra en Libia.

Tras las negociaciones sostenidas en Rusia por el enviado de Gadafi, ministro libio de Asuntos Exteriores, Abdul Ati al-Obeidi, se presenta la posibilidad de terminar la guerra en Libia.

 Las reuniones del político libio los días 20 y 21 de julio, fueron muy intensas aunque los comunicados oficiales al respecto fueron muy escuetos. RIA Novosti llegó a conocer los detalles del plan secreto para poner fin al conflicto discutido en Moscú.

El futuro gobierno de Libia

Los intermediarios internacionales, entre los que está Rusia, consiguieron que las partes beligerantes consientan negociar conjuntamente el futuro político de Libia.

Este fue el tema central de las conversaciones entre Abdul Ati al-Obeidi y su homólogo ruso Serguei Lavrov. Según las fuentes en las negociaciones, el gobierno libio actual, por una parte, y los insurrectos, por la otra, están dispuestos a crear una especie del gobierno provisional conjunto.
 Formarán parte de él dos reconocidos políticos de cada lado, y luego estos cuatro eligirán a un quinto miembro. Se supone que será una personalidad neutral pero, al mismo tiempo, influyente que encabezará este gobierno de transición.

Este guión fue propuesto por los principales intermediarios en el conflicto libio, La Unión Africana y la ONU, y apoyado por Rusia. No en vano el titular ruso de Asunto Exteriores, Serguei Lavrov, mantuvo el 21 de julio una conversación telefónica urgente con el enviado especial de la ONU para Libia, el jordano, Abdelilah Al-Khatib.

 Hace tan sólo dos semanas este funcionario internacional tras visitar Trípoli, donde se entrevistó con el primer ministro y el ministro de Asuntos Exteriores de Libia, dijo que  la situación en el país norteafricano era “difícil de arreglar”.

Sin embargo, desde entonces las posiciones de las partes del conflicto cambiaron para el lado positivo. Ahora los libios aspiran a restablecer la paz, y la tarea fundamental de los intermediarios es contribuir a cumplir con este objetivo. Convendría que otros jugadores en el escenario político internacional no impidieran hacerlo. Por desgracia, parece que la realidad es desfavorable porque entre los países miembros de la OTAN que participan en el conflicto, hay algunos que quieren continuarlo hasta derrocar definitivamente el régimen de Muamar Gadafi y liquidar físicamente a su líder.
   
El arresto de Gadafi es cuestión de ponerse de acuerdo

El representante del dirigente libio, Abdul Ati al-Obeidi, durante su visita a Moscú aceptó el plan propuesto. El ministro tenía para ello la autorización del coronel Gadafi, a pesar de que una de las condiciones de la oposición es que ni él ni su hijo, Saíf al Islam, formen parte del gobierno provisional.

Siguiendo las reglas del juego diplomático, el titular de Asuntos Exteriores de Libia no hizo público, naturalmente, el hecho de que la futura retirada de Gadafi del escenario político es cuestión de tiempo y el asunto sobre las garantías de inmunidad podrá ser resuelta de manera pacífica. Es más, en la rueda de prensa dijo que esto “ni siquiera se discutió”.

El ministro no faltó a la verdad porque estas cosas no se dicuten, se sobreentienden y se leen entre renglones. Además, lo que realmente importa hoy en día es detener la guerra.

El mismo día varios gobiernos occidentales emitieron declaraciones destinadas a crear la impresión de que están de acuerdo con que Gadafi obtenga ciertas garantías de seguridad para una retirada pacífica.

 “Una de las hipótesis contempladas es que permanezca en Libia, pero con una condición, que se ponga claramente al margen de la vida política libia. Es lo que esperamos antes de poner en marcha el proceso político del alto el fuego”, - declaró el jueves, 21 de julio, el ministro francés de Asuntos Exteriores, Alain Juppé.

Insinuó incluso que, de ser favorables las circunstancias, se conseguirá solucionar el problema de la orden de captura emitida anteriormente por la Corte Penal Internacional sobre el coronel. “Deben seguirse unos procedimientos, y luego, en el marco de las negociaciones, veremos las conclusiones que hay que hacer,” – dijo Juppé.

 Sin embargo, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, se mostró más moderado declarando: “Gadafi tiene que ser apartado del poder o apartarse él mismo. Luego, será el pueblo libio el que determine su suerte posterior”.

El óptimo modelo para poner fin a la guerra

La mejor prueba de que el proceso de paz va avanzandoes que ya arrancaron las conversaciones entre los participantes de la guerra civil en Libia. Sus representantes se reunieron recientemente en Etiopía, según anunció el mismo 21 de julio el comisionado del presidente de Rusia para la cooperación con los países de África, Mijaíl Marguélov:

 “Las partes del conflicto consintieron sentarse a la mesa de las negociaciones sin condiciones previas, esto signigica un indudable éxito. Es resultado de la acción mediadora de Rusia y la Unión Africana”. El diplomático ruso confirmó que fue elaborado “el óptimo modelo para poner fin a la guerra en Libia”.

Cabe señalar que Moscú ahora mantiene contacto con ambas partes del conflicto. El mismo 21 de julio un avión del Ministerio ruso de Situaciones de Emergencia cargado de arroz, azucar y conservas salió para la ciudad de Bengasi en el este libio controlada por los insurrectos.
 Es la tercera entrega de ayuda humanitaria desde que empezó la guerra. Anteriormente, había sido enviada también a Bengasi y a la ciudad de Tripoli, controlada por el gobierno.  

No obstante, está claro que para poner fin a la guerra en Libia no bastará con que los libios hagan paces entre sí. Habrá que enfriar también las cabezas calientes en la sede de la OTAN que pretenden hacer guerra hasta el final victorioso, a pesar de las complicaciones surgidas en el curso de la operación.

“En este caso el conflicto militar podrá continuar durante mucho tiempo”, - dijo en una entrevista el experto ruso, Anatoli Egorin. “Es necesario que los propios libios determinen el futuro curso político de su país”. Según él, “es inútil imponérselo desde fuera”.

Es notable que el mismo día, el 21 de julio, el titular libio de Asuntos Exteriores, según algunas fuentes, salió desde Moscú para la India para continuar las consultas sobre la solución pacífica del conflicto. Los dirigentes de Libia creen que los países asiáticos influyentes podrían unirse a Rusia y los países africanos para convencer a los miembros de la OTAN de cesar el fuego.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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