A partir del pasado 1 de julio, el Gobierno ruso levantó la prohibición a la exportación de cereales impuesta en agosto de 2010. Esta medida ayudó a estabilizar los precios de cereales forrajeros, pero a pesar de esto, no se pudo suministrar la cantidad necesaria de forraje a los ganaderos.
La caída de precios y el embargo a las exportaciones de cereales obligó a varios exportadores a abandonar el mercado. Entretanto, el trigo barato no logró frenar el alza de los precios en el mercado alimenticio.
Rusia introdujo el embargo provisional a las exportaciones de trigo, centeno, cebada, maíz y harina a causa de una sequía anormal y baja cosecha que en 2010 sumó 60,9 millones de toneladas de cereales en peso neto, un 37% menos en relación con el año anterior.
Se estimó que el volumen de cereales recolectados junto con los que quedaron desde el año anterior (unos 25 millones de toneladas) era suficiente para cubrir la demanda interna, ya que Rusia necesita unas 70 o 77 toneladas de granos anualmente.
Por consiguiente, se impuso el embargo a las exportaciones de cereales con vigor hasta el 31 de diciembre de 2010 para mantener la estabilidad del mercado interno. Luego, la prohibición fue prorrogada hasta el 30 de junio de 2011.
Los exportadores rusos sufrieron en mayor medida los efectos del embargo. Según el presidente de la Unión Cerealista de Rusia (UCR), Arkadi Zlochevski, todos los exportadores sufrieron pérdidas y muchos se vieron obligados a abandonar el mercado.
Los operadores agrícolas rusos esperan volver a los mercados de exportación durante el año en curso, pero esta tarea no será muy fácil. Según Zlochevski, el segmento abandonado lo intentarán ocupar compañías multinacionales, como Cargill, Louis Dreyfus, Glencore International AG.
Según un experto de la empresa rusa Rusagrotrans, Igor Pavenski, con la cosecha de granos estimada en 85-87 millones de toneladas en 2011, Rusia podrá exportar 15 o 17 millones de toneladas. En 2009, se registró el volumen récord de exportaciones de cereales que ascendió a 23 millones de toneladas.
Hoy en día, la situación en el mercado no es favorable para los productores y exportadores de cereales. Se observa poca demanda y los precios siguen bajando. Según varios cálculos, durante las últimas tres semanas, el precio de cereales ha bajado hasta US$80 por tonelada.
Igor Pavenski lo explica por una mejora de pronósticos negativos respecto a la cosecha en la Unión Europea y EEUU. La llegada de la nueva cosecha al mercado puede empeorar aún más esta tendencia. Pero según el experto, el mercado puede registrar una actividad más intensa en el otoño.
Las perspectivas estratégicas parecen más esperanzadoras. Según Arkadi Zlochevski, durante los próximos 10 o 20 años, el volumen de ventas de cereales crecerá a nivel mundial. Conforme a un pronóstico de la Asociación estadounidense del Trigo, citado por Zlochevski, las ventas de cereales se incrementarán en dos veces hacia 2030 alcanzando unos 250 millones de toneladas al año.
El embargo a las exportaciones del grano introducido por Rusia fue una de las medidas aplicadas con el fin de apoyar al sector agropecuario nacional. Los participantes del mercado admiten que esto fue necesario. Según Pavenski, “los principales consumidores, los ganaderos, pudieron gozar de los precios más bajos. Hacia la primavera, los precios bajaron al nivel inferior a 5 mil rublos (unos 200 dólares) por tonelada”.
El sector agropecuario necesita una gran cantidad de cereales. Un kilo de carne vacuna genera un gasto de 7 kilogramos de granos, un kilo de carne de cerdo, unos 3 kilos de granos y un kilo de carne de ave, unos 3,4 kilos de cereales.
Los representantes del sector admiten que la medida restrictiva les ayudó a sobrevivir un año difícil.
Según la jefa del Centro de análisis de la Unión Nacional de Productores Lácteos, Tatiana Ribalova, el embargo introducido desempeñó un papel positivo aunque no decisivo en el sector de producción de leche. “La cuota de cereales utilizados en la producción de leche no es tan grande como en la avicultura y otros sectores”, dijo Ribalova.
La cuota de forrajes en el coste de producción de leche asciende a un 70%, pero los cereales sólo se contienen en los llamados alimentos concentrados que se utilizan en pocas cantidades. Por eso, durante todo el año el sector de producción de leche sufrió escasez de forraje sin aporte de cereales. En resultado, se registró una ligera reducción de producción de leche, en un 1%.
Entretanto, la cuota de cereales en el coste de producción en el sector ganadero es de un 60% o 70%, y en la avicultura es aún más. El presidente de la Asociación Nacional de Industrias de la Carne, Serguei Yushin, cree que gracias al embargo introducido el sector no carecía de forraje.
Durante el año pasado, el consumidor final pudo observar un alza de los precios de productos alimenticios. Pero Arkadi Zlochevski centró la atención en reiteradas ocasiones en dos momentos.
Ante todo, la cuota de cereales en el coste de producción en el sector de panadería es inferior al 15%. Además, los precios de alimentos en Rusia no están vinculados con cambios en los precios de cereales.
El mercado de cereales es muy volátil. Durante los últimos años, los precios de los granos subieron y bajaron drásticamente, mientras que en Rusia sólo se registró el alza de los precios de productos alimenticios.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI