El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, denunció hoy el doble rasero respecto a las situaciones en Siria y Yemen.
"Rusia y China suelen ser criticadas por considerar contraproducentes las resoluciones de la ONU sobre Siria. Pero la situación en Yemen no es nada mejor y allí también hay una guerra civil. No obstante, nadie pide al Consejo de Seguridad de la ONU intervenir en la situación en Yemen", dijo Lavrov.
Señaló que los países de Occidente "buscan crear en Yemen condiciones para que el Gobierno y la oposición puedan sentarse a la mesa de negociaciones".
"De igual manera se debe proceder con respecto a Siria o cualquier otro país que tiene los mismos problemas. No se puede entremeterse en asuntos internos, sino que se debe ayudar a la conciliación nacional mediante el diálogo de todas las fuerzas políticas que actúan en el país", subrayó el canciller ruso.
Desde principios de febrero en Yemen no cesan protestas antigubernamentales. Según medios de prensa, los choques entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad han causado ya centenares de muertos.
Siria también es escenario de protestas desde mediados de marzo. Según activistas de derechos humanos, las revueltas han cobrado en este país la vida de más de 1.300 personas. Las autoridades responsabilizan de los desórdenes a las "bandas armadas apoyadas por fuerzas exteriores" y utilizan al Ejército y a las fuerzas de seguridad para restablecer el orden.
Rusia y China, que tienen derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, se pronuncian contra la aprobación de la resolución sobre Siria que, al igual que la aprobada respecto a Libia, permitiría la injerencia extranjera en los asuntos internos de Siria. Reino Unido, Francia, Alemania y Portugal elevaron el 8 de junio al Consejo de Seguridad un proyecto renovado de resolución sobre Siria.