Particularidades nacionales de las elecciones presidenciales de 1991 en Rusia

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Las elecciones nacionales del presidente de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFSR) celebradas el 12 de junio de 1991 fueron uno de los factores que provocó la disolución de la Unión Soviética.

Las elecciones nacionales del presidente de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFSR) celebradas el 12 de junio de 1991 fueron uno de los factores que provocó la disolución de la Unión Soviética.

¿Cuáles fueron las causas de esto? En en aquella época, en realidad era de poca importancia quién fuera elegido, ya que el presidente de la RSFSR inevitablemente entraría en conflicto por el poder real con el entonces presidente de la URSS.

Además, en junio de 1991, el único candidato que pudo ganar las primeras elecciones presidenciales totalmente democráticas en Rusia fue Borís Yeltsin, político que ya se encontraba en confrontación abierta con el primer y último presidente soviético, Mijaíl Gorbachov.

Los rivales de Yeltsin estaban condenados a la derrota. Lo único que pudieron lograr fue salir a la segunda ronda, pero aún esto fue poco probable.
De hecho, todos los demás candidatos no sólo compitieron con el favorito de la carrera presidencial sino también entre sí por los votos del electorado.

Recordemos a los participantes de aquellas elecciones.

Lucha por los votos del electorado

El principal rival de Borís Yeltsin que ocupaba el cargo del presidente del Soviet Supremo de la RSFSR fue Nikolai Rizhkov, ex jefe del gobierno de la URSS.

Rizhkov estaba apoyado por las autoridades federales y tuvo que luchar por los votos de los que querían conservar la Unión Soviética, aunque Yeltsin no se pronunciaba por su desintegración.

Entre los candidatos a la presidencia fue también compitió una de las personas próximas a Mijaíl Gorbachov desde los tiempos de la Perestroika, ex ministro del Interior de la URSS, Vadim Bakatin.

Además, se presentaron como candidatos Amán Tuleev, entonces presidente del Comité ejecutivo del Partido Comunista de la URSS (PCUS) de la provincia siberiana de Kémerovo, y el general Albert Makashov, Diputado del Pueblo de la URSS.

Entre los cuatro candidatos anunciados casi no habían serias contradicciones y diferencias, a excepción de algunos "matices de estilo".
El sexto candidato que apareció súbitamente en la arena política de Rusia en la antesala de estas elecciones fue Valdímir Zhirinovski que también comenzó su carrera política.

Zhirinovski pronunció un discurso espectacular en un Congreso de los Diputados del Pueblo y recibió más de una quinta parte de votos de los diputados necesaria para ser incluido en la lista de los candidatos a la presidencia de la RSFSR.

En realidad, Zhirinovski reunió votos de los rivales de Yeltsin y recibió el tercer puesto, lo que pasó a ser la principal sensación de aquella campaña electoral. Y la propia participación del futuro líder del Partido Liberal Democrático de Rusia fue el único episodio inesperado.

“Entendemos perfectamente quién ocupará el cargo del presidente de la RSFSR”

Los resultados de las elecciones coincidieron con los pronósticos de las personas próximas a Borís Yeltsin que incentivaron estos comicios en las que su candidato salió ganador fácilmente, casi sin prestar atención a otros candidatos. No fue nada sorprendente en esto.

“En aquel período, fue imposible evitar la institución del cargo del presidente de la Federación Rusa... Así fue la voluntad del pueblo expuesta en el referendo celebrado en marzo de 1991 cuando, por un lado los ciudadanos de Rusia se pronunciaron por la necesidad de conservar la URSS y por otro lado votaron a favor de la creación del cargo del presidente de Rusia. Entendimos perfectamente quién ocupará este cargo, que Borís Yeltsin será elegido el presidente de Rusia... Yeltsin fue un político destacado, fuerte dirigente, por lo que gozaba de aceptación”, recuerda ex Diputado del Pueblo de la RSFSR, Iliá Konstantínov que después se convirtió en opositor del régimen de Yeltsin.

Hacia aquella época, las autoridades de la RSFSR disponían de sus propios canales de televisión que fueron utilizados para la campaña presidencial de Yeltsin. Pero el presidente del Soviet Supremo de la RSFSR no necesitaba alguna promoción ni otros subterfugios políticos.

Las tecnologías políticas fueron únicamente empleadas para elegir al candidato al cargo de vicepresidente. Para este papel de segundo plano fue elegido Alexandr Rutskoi, Héroe de la Unión Soviética, veterano de la guerra afgana, que en la antesala de las elecciones presidenciales anunció la formación de una nueva fracción en el Soviet Supremo de la RSFSR.

Esta fracción con el paradójico nombre de “comunistas por la Democracia” produjo una escisión en el grupo de diputados “Comunistas de Rusia”, opositores a Yeltsin.

Víctima de las elecciones presidenciales

La invitación de Rutskoi al círculo del favorito Yeltsin atrajo a electores adicionales. En respuesta, Nikolai Rizhkov invitó como candidato al cargo de vicepresidente a otro célebre veterano de la guerra afgana, general Borís Grómov.

Posteriormente, el destino de Alexandr Rutskoi fue menos feliz que las carreras políticas de los candidatos que sufrieron fiasco.

Hoy en día, Grómov y Tuleev siguen ocupando los cargos de gobernadores de las provincias, de la provincia de Moscú y Kémerovo, respectivamente.
Rizhkov es miembro del Consejo de Federación  (cámara alta del Parlamento ruso), Zhirinovski adquirió la fama en Rusia y en varios otros países.

Rutskoi también fue elegido gobernador de la provincia de Kursk, pero antes pasó varios meses en la cárcel por “rebelión" contra el gobierno que tuvo lugar el 3 y 4 de octubre de 1993. El general Mashkov fue acusado también como su cómplice, pero posteriormente la Duma de Estado (cámara baja del Parlamento ruso) les amnistió a ambos.

Rutskoi puede considerarse como la víctima de los comicios presidenciales de 1991. Sólo fue necesario durante la campaña electoral y después la administración de Yeltsin le relegó a un segundo plano.

Está claro que al vicepresidente no le gustó esta situación, lo que provocó la rebelión. Posteriormente,  el cargo de vicepresidente fue suprimido.

En cuanto al ganador de las presidenciales, Borís Yeltsin avanzó rápidamente hacia el apogeo de su carrera política. En el verano de 1991, el triunfador que gozaba de apoyo del pueblo no pudo imaginar que su victoria en los comicios presidenciales que se celebrarían dentro de cinco años le costaría tanto y exigiría tantos esfuerzos. Pero esto es otra historia.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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