Fuerzas de orden localizaron en Moscú una “ciudad subterránea” en la que vivían al menos un centenar de inmigrantes ilegales procedentes de Uzbekistán y Tayikistán, informó hoy la policía moscovita.
“Al penetrar en el poblado los policías quedaron impresionados con el territorio bien ordenado. Había de todo, casitas para cuatro o cinco personas, duchas, baños y hasta ganado ovino”, dice el comunicado de la policía.
La “ciudad subterránea” localizada a lo largo de la calle Veréiskaya, en el oeste de Moscú, conectada ilegalmente a una línea de suministro eléctrico, vivía de acuerdo a rígidas normas, establecidas por un tal Ali. Así, sus “habitantes” tenían que limpiar el territorio y vigilar posibles incendios.
Los policías tomaron huellas dactilares y sacaron fotos a un centenar de detenidos para establecer su posible vinculación a los crímenes cometidos en la capital.
Actualmente, las autoridades estudian la repatriación de indocumentados hacia su lugar de origen.
A mediados del mes pasado de abril la policía capitalina ya localizó un bunker con cerca de 110 inmigrantes ilegales de Asia Central, en el territorio de una empresa con régimen especial, cerca de la carretera de Mozhaisk. Su alojamiento contaba con duchas, dormitorios y hasta locales para la oración.