Es inútil hacer conjeturas sobre si la muerte de Osama Bin Laden debilitará a la organización terrorista Al Qaeda, porque la red subversiva ya está debilitada.
El principal impacto contra la ideología de los terroristas no lo causó la eliminación de su líder, sino la llamada “primavera árabe”.
El auge revolucionario en el Oriente Próximo pasó a ser una alternativa muy seria a los métodos de lucha extremistas.
Mediante manifestaciones de protesta las fuerzas de oposición han logrado algunos de los objetivos que también perseguía Al Qaeda.
Durante los últimos años, el propio Bin Laden ya no lideraba las operaciones diarias de Al Qaeda, la red que él mismo fundó. Estaba seriamente enfermo y vivía escondido. Se convirtió en un símbolo.
Además, la mayoría de los expertos creen que Al Qaeda nunca existió como una red única sino en la forma de organizaciones regionales que actúan de forma separada bajo este nombre en la Península Arábiga, la zona del Oriente Próximo ubicada entre los ríos Tigris y Éufrates, etc., y están subordinadas a los dirigentes locales. Cada grupo terrorista tiene un alto nivel de independencia.
Error de Ayman al-Zawahiri
Cuando cita la polémica respecto al sucesor de Osama Bin Laden, es en parte un tríbuto que se rinde a la mitología en torno a Al Qaeda. Entretanto, el nuevo símbolo es necesario tanto para los partidarios del yijad como para los que luchan contra ellos.
Este problema se resuelve fácilmente. Ayman al-Zawahiri figura como el “hombre número dos” en jerarquía de Al Qaeda. Y en realidad, desempeña un papel muy importante en la organización desde hace mucho. Es lógico que haya sido designado jefe de la red terrorista. Los servicios secretos estadounidenses ofrecen US$25 millones por su cabeza.
Su biografía muestra que el cambio del régimen en Egipto fue mucho más importante para él que el yijad internacional. Y esto se hizo realidad. Las protestas que se iniciaron en enero pasado conllevaron al derrocamiento del presidente de Túnez, y después, de Egipto.
Toda la región del Oriente Próximo y el norte de África estuvo sacudida por una ola de revueltas populares. Ningún atentado terrorista no pudo alcanzar este resultado.
Entretanto, Ayman al-Zawahiri estuvo convencido en que el terrorismo es el instrumento más eficaz para debilitar los régimenes de los países árabes y sacudir a las masas. Según mostró la historia, se equivocó.
Cuando era jóven, Ayman al-Zawahiri perseguido por las autoridades, se vio obligado a abandonar Egipto, su país natal y se dirigió a Afganistán para luchar contra las tropas soviéticas.
Inicialmente, participó en la lucha con un escalpelo en las manos en vez de la metralleta. Ayman al-Zawahiri, hijo de un célebre médico, se graduó de cirujano oftalmólogo en la universidad de El Cairo.
A mediados de los 1980, Ayman al-Zawahiri llegó a Afganistán con un grupo de médicos árabes que crearon la organización benéfica de asistencia médica “Creciente Rojo”, por analogía con la “Cruz Roja”.
Médico fue encarcelado tras el asesinato del presidente
Antes de esto, Ayman al-Zawahiri viajó por varios países árabes, incluidos Estados ricos del Golfo Pérsico, donde trabajó de cirujano. En esta época, visitó Paquistán y EEUU. El objetivo de su visita no fue ganar dinero del que no tenía necesidad.
Ayman al-Zawahiri nació en junio de 1951 en El Cairo, en una familia acomodada y poderosa.
Su abuelo paterno fue el gran imán de la universidad Al Azar de El Cairo, la “meca” de la enseñanza islámica. Su abuelo materno fue profesor, diplomático, experto en literatura y especialista en mística sufí.
Ayman al-Zawahiri eligió a su futura esposa a una estudiante de la facultad de Filosofía de la Universidad de El Cairo. Los cónyuges tuvieron cinco hijos.
A pesar de esto, en 1981, los servicios secretos egipcios comenzaron a sospechar que el médico Ayman al-Zawahiri de 30 años de edad es miembro de una organización radical islámica.
Esto tuvo lugar cuando los servicios de seguridad egipcias llevaban a cabo una operación tras el asesinato del entonces presidente egipcio Anwar El Sadat durante un desfile militar celebrado el 6 de octubre de 1981.
Tres soldados y un oficial bajaron del camión en el que desfilaban y atacaron la tribuna donde estaba el mandatario del país. El entonces vicepresidente de Egipto, Hosni Mubarak resultó herido ligeramente.
Mubarak que ocupó el cargo de presidente de la República Árabe de Egipto el 14 de octubre de 1981 tras el asesinato del anterior titular reprimió severamente las organizaciones extremistas.
Los resultados de la investigación mostraron que los atacantes fueron vinculados con dos grupos, “El grupo islámico" (Al-Gama'a al-Islamiyya) y Yihad Islámica. Fueron detenidos no sólo los que tenían alguna relación con el complot sino también centenas de personas que provocaba una menor sospecha.
No se encontró ningún testimonio en contra de Ayman al-Zawahiri a excepción de la información filtrada por las fuentes.
No obstante, Ayman al-Zawahiri fue acusado de porte ilegal de armas y condenado a tres años de prisión. Teniendo en cuenta que la condena de mucho otros fue varias decenas de años, se puede decir que Ayman al-Zawahiri tuvo suerte.
El camino hacia el yijad se cerró en Egipto
Al salir de la cárcel, Ayman al-Zawahiri abandonó Egipto donde no pudo vivir en seguridad. Pero acariciaba una esperanza que más tarde o más temprano pueda poner fin al régimen de Mubarak en Egipto y establecer la justicia social en su patria. El camino hacia el yijad se cerró en Egipto. Por otro lado, se abrió el camino hacia el yijad global.
En aquella época, el Ejército de la URSS cayó en la trampa de Afganistán. Los servicios secretos estadounidenses con el apoyo de Pakistán y Arabia Saudita empezó a contrarrestar a las tropas soviéticas.
Los gobiernos de muchos países árabes que quisieron liberarse de los islamistas locales, estuvieron contentos de trasladar a Afganistán a los voluntarios. Base de transpordo, Al Qaeda por sus siglas en árabe, fue creada en Pakistán.
Allí se conocieron en 1985 el egipcio Ayman al-Zawahiri y Osama Bin Laden proveniente de Arabia Saudí. Si Bin Laden fue carismático, Ayman al-Zawahiri tuvo experiencia de trabajar en clandestinidad y contactar con los partidarios.
Se creía que Ayman al-Zawahiri es más educado y preparado teoréticamente. Esto tuvo lugar hace más de 25 años. Pero la época de estos líderes se relega a un segundo plano de cara a la primavera árabe.
Esto no quiere decir que se pondrá fin a la violencia en el Oriente Próximo sino que ya es tiempo para que Ayman al-Zawahiri se jubile o posiblementes sea liquidado. Es curioso que la eliminación de Osama Bin Laden hya coincidido con la primavera de revoluciones árabes.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
