La muerte Osama Bin Laden, jefe de la red terrorista Al Qaeda presentada por el gobierno estadounidense como una de las operaciones antiterroristas más importantes de los últimos tiempos no solucionó este agudo problema de seguridad y sólo levantó la popularidad del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
Paradójicamente, para muchos, Bin Laden es un mártir e incluso un héroe tras morir desarmado durante un mal llamado “combate” en condiciones desfavorables contra un grupo de fuerzas especiales estadounidenses armados hasta los dientes, en un pueblito cerca de Islamabad, la capital de Pakistán.
Y aunque el anunció sobre la muerte del terrorista provocó manifestaciones de júbilo popular en Washington, y muchas notas de congratulación por parte de los gobiernos de muchos países, el mundo no recuperó la tranquilidad.
Porque la cacería de ese hombre plantea más interrogantes que respuestas al momento de reflexionar sobre el peligro que encierra el terrorismo internacional.
Los escépticos, tanto en Rusia como el resto del mundo resaltan su rechazo ante la falta de pruebas concretas y fidedignas que certifiquen la muerte de Bin Laden.
La autenticidad o falsedad de las fotografías del muerto aparecidas en la prensa inmediatamente poco después del asalto, y las declaraciones contradictorias de la Casa Blanca sobre la publicación o no publicación de fotos de Bin Laden acribillado por dos balazos multiplica el recelo de la opinión pública.
Las diferentes versiones sobre el asalto a la casa de Bin Laden y su ejecución en una de sus habitaciones en presencia de sus familiares dan la impresión de que los ejecutores y organizadores de la operación no se pusieron de acuerdo al momento de establecer qué es lo que debe saber la opinión pública, y en particular el pueblo estadounidense.
Al sopesar las pruebas concretas y las conjeturas, algunos comentaristas rusos de plano calificaron de farsa la muerte de Bin Laden en Pakistán, sugiriendo en cambio otra leyenda más inverosímil con la participación de la CIA y el Pentágono.
Según esta versión, tras un acuerdo establecido estas entidades proporcionaron a Bin Laden una nueva identidad para que éste pueda vivir el resto de sus días en un lugar desconocido a cambio de su silencio y retiro definitivo.
Otros medios de prensa rusa, afirman que Bin Laden ya está muerto al citar las informaciones sobre la muerte del terrorista tras bombardeos con bombas de profundidad lanzadas en zonas montañosas de Afganistán en 2002 y 2003.
En general, a partir de los comentarios aparecidos en las redes sociales y foros de Internet en Rusia, la prensa moscovita destaca que para la mayoría de los rusos la muerte de Bin Laden, fue una operación de los servicios especiales de EEUU muy mal preparada que no solucionó ningún problema y sólo favoreció a Obama.
Las declaraciones del jefe de la CIA, Leon Panetta de que el objetivo no era capturar vivo a Bin Laden, refuerzan las tesis de que Bin Laden ya no suponía una amenaza seria para la seguridad de EEUU y la Casa Blanca solo buscó tomar la revancha.
La captura y posible juicio público de Bin Laden en tribunales en Nueva York o Washington debió dar respuestas exactas al mayor atentado terrorista de la historia perpetrado en esas dos ciudades con la muerte de más de 3.000 personas.
La gran incógnita es porqué Obama optó por un linchamiento casi clandestino a la posibilidad de descubrir en un proceso judicial los mecanismos de funcionamiento de Al Qaeda que sigue dando golpes en muchos países del mundo.
“Seguramente en EEUU hay personas que no quieren que Bin Laden cuente muchas cosas importantes que sabe”, comento a la prensa el representante de Rusia ante la OTAN.
Ahora, Obama recupero parte de la popularidad perdida y tiene más posibilidades de ganar los comicios presidenciales en 2012.
En comentarios irónicos, los blogeros rusos ridiculizan los comentarios de funcionarios estadounidenses de que en la casa donde vivió Bin Laden los últimos seis años fue un centro desde donde se controlaba las agrupaciones de Al Qaeda diseminadas por el mundo.
“A juzgar por las camas y colchones y el televisor, cuesta creer que en esa casa se organizaron atentados terroristas que pusieron en jaque a los servicios secretos de más de un pais”, comentó el diario Komsolskaya Pravda, los vídeos sobre la casa de Bin Laden tras el salto, difundida por una reconocida agencia internacional de información.
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