El efecto dominó continúa en la eurozona. Portugal está al bordo de la insolvencia, y el primer ministro en funciones de Portugal, José Sócrates, se vio obligado a solicitar a la Unión Europea (UE) ayuda financiera para superar la crisis de su deuda.
Lisboa necesita al menos 85 mil millones de euros para evitar la suspensión de pagos. Esa solicitud ya se esperaba en Bruselas que no tardó en dar el visto bueno a esa ayuda.
Un grupo de expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE) viajarán próximamente a Lisboa para negociar el plan de rescate pedido por Portugal.
Países comunitarios afectados por la crisis de la deuda
Hoy en día, no existe el pánico que se apoderó de Bruselas a finales de 2009 cuando Grecia anunció que estaba a bordo de la quiebra y, en tampoco en 2010, cuando el riesgo de la suspensión de pagos contagió a Irlanda.
Grecia ya recibió ayuda financiera urgente por un monto de 110 mil millones de euros la UE aprobó un paquete de rescate para Irlanda por un monto de 85 mil millones de euros.
La burocracia de la UE siempre es así. Es un mecanismo que funciona bien aunque muy lentamente. Se trata del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) cuyos recursos ascienden a 750 mil millones de euros.
Ante todo, ya a finales del año pasado se suponía que Portugal podía ser el tercer país de la eurozona en necesidad de ayuda financiera, después de Grecia e Irlanda.
La economía portuguesa es tan pequeña que puede ser rescatada. Por su nivel del PIB (223 mil millones de dólares) ocupa tan sólo el 15 lugar en la UE.
Y aun en caso de que Portugal abandone la eurozona, la moneda única europea lo soportará.
Pero si el síndrome griego e irlandés de inmunodeficiencia financiera se extienda por España cuya economía es demasiado grande y posteriormente quizás a Italia, en este caso, si puede comenzar la erosión del euro.
Y es probable. En Portugal los descalabros de la economía tuvieron un desarrollo similar a los ocurridos en Grecia e Irlanda.
Al principio, Lisboa anunció que todo estaba bien y que no necesitaba ayuda (1 etapa). Después, el gobierno portugués propuso drásticas medidas anticrisis y reconoció que la situación se había empeorado (2 etapa). Al fin y al cabo Lisboa solicitó la ayuda a Bruselas.
José Sócrates dimitió el pasado 23 de marzo, cuando el parlamento portugués se negó a aprobar su anteproyecto sobre la economía presupuestaria austera (subida de impuestos, reducción de salarios y beneficios), necesaria para la curación financiera del país. El presidente de Portugal disolvió el parlamento y convocó elecciones para los principios del próximo mes de junio.
En Grecia e Irlanda también se produjeron cambios en el gobierno.
La UE espera que España logre evitar el riesgo de la declaración de insolvencia. España es demasiado grande para ser rescatada. Ocupa el 5 lugar en la UE por su nivel del PIB (1,4 billones de dólares euros), tras Alemania, Francia, Gran Bretala e Italia, y el 4 lugar en la eurozona (Gran Bretaña no es miembro de la eurozona).
Los economistas de la UE todavía no quieren pensar en un posible plan de rescate de Madrid. El problema principal consiste en que la deuda soberana de España tiene vínculos con muchos países del Viejo Mundo. Su sistema financiero está integrado en los sistemas financieros de Alemania, Francia, Italia y Portugal.
Además, el Banco Santander no es simplemente el mayor banco de España sino es el mayor banco de la eurozona en materia de capitalización y al mismo tiempo es uno de los principales bancos de Gran Bretaña. El Banco Santander posee cuatro mayores bancos hipotecarios de las Islas Británicas.
La situación con Portugal es aun peor. España vende a Portugal productos y servicios por un momto de un 10% de su PIB. Todos los tres mayores bancos del España tienen sus sucursales en Portugal.
Al bordo del abismo
No se puede decir que la situación en España sea absolutamente la misma que en Portugal. Históricamente, los asuntos financieros de los españoles siempre fueron mejor que en los países vecinos al sur de Europa.
El problema principal de España son sus cajas de ahorro que concedieron muchísimos créditos hipotecarios durante el boom de construcción.
¿Cómo se puede devolver el dinero tras la ruptura de la burbuja hipotecaria? En todo caso, pueden existir varias causas de la tensión excesiva de las fuerzas bancarias pero el único resultado será la suspensión de pagos.
Los recursos de la UE pueden ser suficientes para rescatar a España, pero evidentemente no alcanzarán para rescatar a otros países a los que se puede extender la crisis que estalle en la península Ibérica.
Según un reputado economista estadounidense Nouriel Roubini, que pronosticó la crisis financiera y bancaria de 2008-2009, “el problema no consiste en Portugal, que es un país demasiado pequeño, sino en la posibilidad de que esta infección contagie a España. Es un país demasiado grande para caer y demasiado grande para ser rescatado”.
Hasta los últimos días, los mercados financieros fueron leales a España. Según los expertos europeos, se formó algo semejante a una “barrera móvil” en la “frontera” entre España y los mercados crediticios con el fin de proteger a la Península Ibérica contra el alza de los tipos de interés de los créditos.
Pero tras la caída de Portugal los flancos de España quedarán sin cobertura. En caso de que España resista y Portugal salga de esta situación, la crisis portigués no pondrá fin a las crisis de la eurozona en general.
Hoy en día, se ha puesto en evidencia que el dinero destinado a Grecia (110 mil millones de euros), no es suficiente para que el país pueda pagar las deudas y sus intereses. La economía griega está en plena crisis y es incapaz de ganar dinero para cumplir los compromisos de deuda.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI