Al menos cinco palestinos murieron y más de 30 resultaron heridos en la Franja de Gaza, según las fuentes médicas del enclave, a causa de bombardeos artilleros y aéreos con que militares israelíes respondieron el pasado jueves al lanzamiento de decenas de proyectiles, uno de los cuales causó dos heridos en un autobús escolar.
Entre las cinco víctimas de la represalia israelí hay un civil y dos milicianos. Las dos restantes aún están por identificar, precisó un portavoz de las autoridades médicas de Gaza al agregar que hay menores entre los heridos.
Militares israelíes reconocieron, por su parte, que la aviación y la artillería bombardearon nueve “objetivos terroristas” en la Franja de Gaza, además de asestar golpes contra dos grupos de lanzadores de misiles. “El impacto ha sido confirmado”, según los portavoces del Ejército.
Fue la respuesta a un ataque que causó heridas al chofer de un autobús escolar en Israel y a un colegial de 16 años, el único pasajero que viajaba en el salón. La acción ya fue reivindicada por el grupo islamista Hamas cuyos militantes dispararon contra el vehículo con un lanzagranadas.
En cuestión de un día, los palestinos lanzaron desde Gaza más de 45 proyectiles contra las zonas limítrofes de Israel. Fue uno de los bombardeos más intensos de los últimos dos años, según los militares israelíes que interceptaron al menos un proyectil palestino al usar por primera vez su sofisticado sistema de defensa antimisil “Cúpula de hierro”.
El nuevo escudo antimisil, diseñado para hacer frente a los proyectiles de corto alcance tipo Qassam, Grad y Katiusha que están al servicio de milicias palestinas y libanesas, se hizo operativo a finales de marzo pasado. Sus autores afirman que el sistema es capaz de calcular la trayectoria de cada blanco detectado y pasar por alto aquellos que no representan un peligro real. Pero es un sistema muy costoso: se gastan decenas de miles de dólares para interceptar un misil como Qassam cuya fabricación cuesta apenas varios centenares de dólares.