El 7 de septiembre de 1999 en el Ática ocurrió un terremoto de seis grados, uno de los más devastadores de la región en los últimos siglos. En los primeros... 05.04.2011, Sputnik Mundo
El 7 de septiembre de 1999 en el Ática ocurrió un terremoto de seis grados, uno de los más devastadores de la región en los últimos siglos. En los primeros días tras el seísmo pocos repararon en el daño que causó a la joya de Grecia, el monasterio bizantino Dafni, parte del patrimonio mundial de la UNESCO por sus incomparables mosaicos.
El 7 de septiembre de 1999 en el Ática ocurrió un terremoto de seis grados, uno de los más devastadores de la región en los últimos siglos. En los primeros días tras el seísmo pocos repararon en el daño que causó a la joya de Grecia, el monasterio bizantino Dafni, parte del patrimonio mundial de la UNESCO por sus incomparables mosaicos.
El 7 de septiembre de 1999 en el Ática ocurrió un terremoto de seis grados, uno de los más devastadores de la región en los últimos siglos. En los primeros días tras el seísmo pocos repararon en el daño que causó a la joya de Grecia, el monasterio bizantino Dafni, parte del patrimonio mundial de la UNESCO por sus incomparables mosaicos.
El seísmo de 1999 casi destruye el monasterio. La iglesia se abrió como una flor, los muros se desplazaron, la agrietada cúpula amenazaba con caer. Los mosaicos del siglo 11 que adornan la parte superior del edificio, también quedaron muy dañados.
La iglesia de cruz inscrita fue edificada y adornada con mosaicos en el siglo 11. Los científicos están unánimes que sólo el emperador de Constantinopla podría comisionar un proyecto de tal envergadura.
La luz celeste reflejada de los mosaicos y las figuras de los santos que parecen flotar sobre el fondo dorado representan el auge del arte eclesiástico bizantino.
La delicadeza de las figuras, las caras elaboradas, los sutiles matices cromáticos armonizan con la composición arquitectónica de la iglesia. Parece que el mosaicista pretendía captar un instante.
De momento algunos de los mosaicos están enredados con tubillos de plástico que introducen en el enlucido una solución especial que llena los huecos y ayuda a fijar los mosaicos.
Los mosaicos están compuestos de pedazos de mármol y piedras diferentes, y el fondo dorado lo constituyen las finas placas de oro fundidas entre dos láminas de vidrio.
Los especialistas están restaurando también algunos de los iconos. Por ejemplo, en los últimos dos años desapareció una grieta entre el Arcángel Gabriel y la Virgen María en la representación de la Anunciación, efecto del terremoto de 1999. El limpiamiento de mosaicos es la etapa final de la restauración.
Actualmente la iglesia no permanece abierta todo el tiempo. Los afortunados visitantes que logren entrar pueden trepar los andamios para mirar los mosaicos de cerca, tal y como los vieron sólo los creadores.
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