El hábil uso de las tecnologías de desinformación llegó a ser uno de los elementos clave de la confrontación entre las fuerzas de la coalición internacional y los rebeldes libios, por un lado, y las tropas del coronel libio Muamar Gadafi por otro lado, comentó hoy a RIA Novosti una fuente del Consejo de Seguridad de Rusia.
"Es evidente que está desarrollándose una guerra de información entre las fuerzas de la coalición internacional y las tropas de Gadafi. La información verídica divulgada por los dos bandos va mezclada con una desinformación crasa llamada a ejercer influencia psicológica sobre la población libia, en particular, y la comunidad internacional, en general", dijo la fuente.
Señaló que a veces resulta difícil separar una de otra.
"La máquina propagandística de Gadafi lo aprovecha hábilmente informando a través de la prensa mundial, por ejemplo, de la muerte de civiles a causa de los bombardeos aliados. También perjudican a la coalición las frecuentes declaraciones "victoriosas" de los rebeldes sobre la toma de ciudades. Luego esas informaciones no se llegan a confirmar", apuntó.
A su juicio, la percepción de los acontecimientos en Libia por parte de la comunidad internacional no está a favor de las fuerzas de la coalición porque a pesar de sus ataques aéreos, las tropas gubernamentales leales a Gadafi continúan atacando y oponiendo una feroz resistencia.
Como resultado, la comunidad internacional empieza a creer que no todo el pueblo libio se ha pronunciado contra el dictador.
"Entretanto, los partes de guerra emitidos por uno y otro bando siguen siendo contradictorios, lo que confirma que la guerra de información sólo acaba de empezar", resumió la fuente del Consejo de Seguridad de Rusia.
El enfrentamiento armado entre las tropas gubernamentales libias y la oposición rebelde se produjo después que a mediados de febrero en Libia estallaran protestas populares contra el coronel Muamar Gadafi, que permanece más de 40 años en el poder. Organizaciones internacionales informan de miles de víctimas mortales mientras que las autoridades libias lo niegan.
