El Secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates, empezó su última visita a Rusia (realizada en el período del 20 al 23 de marzo) en San Petersburgo, impartiendo una conferencia en la Academia Naval Almirante Kuznetsov. Defendió en su discurso la necesidad de establecer una amistad entre las armadas de Rusia y de EEUU, realizar el intercambio de estudiantes militares y efectuar simulacros conjuntos de ayuda humanitaria y en situaciones de emergencia. Subrayó, que para Rusia sería correcto participar en coaliciones internacionales, sin precisar en cuáles en concreto. No han sido muchas: la actual contra Gadafi, la coalición contra Kuwait de 1991, la coalición antiyugoslava de 1999, la coalición iraquí de 2003 y la coalición afgana de 2001.
Es poco probable, que Rusia de hoy se adhiera a una coalición de este tipo. Sin embargo, va paso a paso en esta dirección. Si antes estuvo en contra de todo tipo de intervenciones, en la última votación sobre la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la zona de exclusión aérea, se abstuvo. Y eso es mucho menos que un veto.
Esto, más el apoyo logístico de Rusia para Afganistán y el Escudo Antimisiles de EEUU, fueron los temas clave de la reunión de Robert Gates con el Ministro de Defensa de Rusia, Anatoli Serdiukov, y el Presidente de Rusia, Dmitri Medvédev. Rusia, además, quería saber, por qué una zona de exclusión aérea se convirtió de repente en una acción militar encaminada a derrocar a Gadafi. Aunque estaba claro que iba a ser así desde el principio.
Gates indicó que la cooperación entre Rusia y EEUU se desarrolla de manera muy eficiente, y que las relaciones entre Rusia y EEUU están mucho más avanzadas que las de EEUU y China. Y aunque no lo parezca, de verdad es así. Rusia lleva negociando los asuntos militares con EEUU durante mucho tiempo. Este proceso empezó ya antes de Reagan. China, por su parte, nunca ha constituido una amenaza nuclear para Washington, y de ahí hasta hace poco EEUU no tuvo ninguna razón para llevar negociaciones con China a gran escala. Ahora China es reacia a discutir lo de derechos humanos con EEUU y descarta de entrada todos los reclamos en el campo de comercio y de política externa. Es decir, el diálogo entre EEUU y China casi no existe.
El ex analítico en jefe de la CIA para la URSS, especialista en la Unión Soviética, su potencial estratégica y sus relaciones con China (fue el tema de su tesis de doctorado) vino a Rusia para despedirse. Se espera que presentará su dimisión este verano o, como mucho, invierno. El propio Gates dice que es una decisión definitiva. Aunque en Washington nunca se sabe…
¿Se postulará Gates para la presidencia?
El mundo político de Washington admite muchos resquicios. Los partidarios de Gates han creado en la Internet una red de promoción de la candidatura de Gates para las elecciones presidenciales de 2012 del partido republicano. Gates podría ser un candidato muy fuerte, pero en el curso de su carrera política varias veces ha cambiado de partido, lo que afecta considerablemente su imagen. Nombrado en 2006 el Secretario de Defensa por el republicano George W. Bush, siguió con el demócrata Obama. Y esto es un argumento muy importante para los adversarios de Gates, que ponen en duda sus impecables principios, honestidad y profesionalismo no politizado. Además, dichas cualidades no son las más adecuadas para sobrevivir en el mundo político de Washington y los principios no sirven para pasar de una administración para otra.
Los envidiosos dicen también, que Gates no es un analista tan bueno como le pintan. De lo contrario, tomando en consideración su profundo conocimiento de la URRS, hubiera podido predecir la caída del imperio soviético (Gates fue el director de la CIA en el período del 1991 al 1993 y el mejor especialista sobre Rusia en el período del 1980 al 1982). Fue reclutado por la CIA en la Universidad de Indiana en 1966 y trabajó para esta organización 27 años. Los adversarios de Gates indican, que sus éxitos analíticos son exagerados y que no se trata de un buen analítico, sino de un hábil burócrata con buenas capacidades organizativas. Le recuerdan también su participación en la “politización” (léase, tergiversación) de materiales sobre armas de destrucción masiva de Iraq y el “Irangate” de Reagan.
Gates nunca ha sido político, es decir nunca ha ocupado cargos de elección. Siempre fue nombrado. Le querían mucho el ex director de la CIA y el ex presidente George H.W. Bush, quien una vez dijo de Robert, que era para él como un hijo.
Robert Gates volvió a Rusia para persuadirla pactar con el nuevo Escudo Antimisiles de EEUU en Europa. Washington reitera que está diseñado contra Irán y no contra Rusia. Y espera, que Rusia se ponga de acuerdo con sus planes sin requerir ser parte de estos.
Antes Gates defendía el Escudo Antimisiles de Bush (misiles interceptores en Polonia y Radares en la República Checa). Decía en aquél entonces que los rusos no se ponían de acuerdo con aquel esquema porque les faltaba información y tenían miedo a todo lo nuevo: “Cuando se les ofrece algo nuevo, se ponen en seguida en una posición de defensa”. Después dejó el viejo sistema de Bush y empezó a promover el nuevo sistema de Obama.
Gates mismo entiende, que es poco probable que llegue a ser presidente, y está dispuesto a volver a impartir clases en la Universidad de Texas A&M.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
