Shushkévich: En agosto de 1991 Gorbachov estaba absolutamente impotente

© RIA Novosti . Sergei Guneev / Acceder al contenido multimediaStanislav Sushkévich
Stanislav Sushkévich - Sputnik Mundo
Síguenos en
Stanislav Sushkévich, científico y hombre público bielorruso, entró en la historia como uno de los protagonistas de los acontecimientos que condujeron a la desintegración de la URSS.

Stanislav Sushkévich, científico y hombre público bielorruso, entró en la historia como uno de los protagonistas de los acontecimientos que condujeron a la desintegración de la URSS. Tras ocupar el cargo del presidente del Sóviet Supremo de Bielorrusia en septiembre de 1991, él, junto con el Presidente de Rusia Borís Yeltsin y el Presidente de Ucrania Leonid Kravchuk, firmó el Tratado de Belovezh sobre la creación de la Comunidad de Estados Independientes (CEI). Desde el año 1994, cuando el actual Jefe de Estado Alexandr Lukashenko llegó a la presidencia en Bielorrusia, Sushkévich pasó a la oposición. En la entrevista concedida a RIA Novosti Stanislav Shushkévich recuerda los acontecimientos de hace 20 años.

- Si Ud. pudiera volver al año 1991 ¿habría actuado de la misma manera o habría cambiado algo?

- Actuaría de la misma forma. De hecho, el acuerdo sobre la creación de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) significó el fin de la Guerra Fría y no la destrucción de la URSS. La CEI fue establecida cuando la URSS ya estaba definitivamente desmoronada por el intento del golpe de estado en agosto de 1991.Y Gorbachov, sin los consejos de los políticos occidentales, no sabía qué hacer. No escuchaba a personas sensatas, en cambio se rodeó de muchas insensatas. Y se vio absolutamente impotente. Creo que en aquel momento, en agosto de 1991, Gorbachov se retiró a su residencia en Crimea para no tener nada que ver con lo que estaba pasando. Estoy convencido de ello. Simplemente no sabía qué hacer.

-Los participantes del encuentro en Viskulí (residencia gubernamental en la reserva natural de Belovézhskaya Puscha en Bielorrusia donde fue firmado el Tratado) contaron que al concertar la reunión ni Ud. ni sus colegas planeaban la disolución de la URSS del mapa político del mundo sino hablar de suministros de hidrocarburos. ¿Fue así?

- Contado en pocas palabras: Bielorrusia tenía que comprar petróleo y gas a Rusia. No teníamos dinero y nadie nos iba a dar un crédito. Ya estábamos en invierno. El entonces primer ministro bielorruso me sugirió: “Tienes buenas relaciones con Yeltsin y es una persona razonable. Invítale a Bielorrusia. Vamos a convencerle que nos ayude este invierno”. Ese fue el objetivo de la reunión en Viskulí. Y luego se supo que Ucrania tenía el mismo problema y decidimos reunirnos los tres.

Ya durante la reunión nos dimos cuenta de que veíamos la situación de la misma manera, que los tres comprendíamos que Gorbachov ya no controlaba el país. Y si el país era incontrolable desde hacía tiempo era porque se había desintegrado. Estuvimos conscientes de que teníamos que marcar nuestra posición y tuvimos la valentía de constatar esa desintegración. Constatar legalmente que la URSS como una realidad geopolítica y sujeto de derecho internacional había dejado  de existir. Fíjense que ninguna revisión jurídica a nivel mundial encontró en el Tratado de Belovezh nigún punto ilegítimo.

- La reunión de los presidentes de Rusia, Bielorrusia y Ucrania representó un “encuentro eslavo”. Por qué no acudió, por ejemplo, el líder de Kazajstán Nursultán Nazarbáyev?

- Nazarbáyev, además de inteligente, es muy astuto. Yeltsin le invitó y él prometió acudir pero al final no lo hizo alegando problemas técnicos aunque todo estaba perféctamente organizado. Al cabo de 10 años Gorbachov contó el porqué de la ausencia del presidente de Kazajstán. Es que éste primero fue a ver a Gorbachov que le había prometido el cargo del presidente del Sóviet Supremo de la Unión Soviética renovada. Como un sabio oriental Nazarbáyev pensó que eso le convenía y no fue a Viskulí por “motivos técnicos”. Ahora es líder de la nación kazajstana. Tampoco está nada mal...

- ¿No les preocupaba que Gorbachov, en aquel entonces el presidente de la URSS, se enterase de su encuentro y organizara otro en contrapartida?

-Gorbachov sabía de nuestra reunión y nostros no teníamos ningún temor. Él nunca tuvo la suficiente voluntad política. Él mismo definió su credo diciendo que “la política era el arte de lo posible”. Creo que es una frase inadmisible, porque significa ir por el camino de menor resistencia.

- ¿Quién fue el que comunicó a Gorbachov que la URSS ya no existe? ¿Cómo reaccionó?

-Fui yo el que le informó sobre la firma del Tratado. Cuando llamé desde Viskulí se puso en marcha el habital mecanismo soviético. El oficial al otro lado del cable sabía quién era pero estuvo preguntándome durante largo rato quién era y qué quería. Luego me hicieron esperar otro rato, un procedimiento rutinario para mostrar el poder. Mientras tanto Yeltsin, llamó a George H. Bush, y le explicó lo que acababa de pasar. Cuando dije lo mismo a Gorbachov me preguntó con tono sentencioso si me imaginaba cómo reaccionaría la comunidad internacional. Contesté que sí me imaginaba, y que Yeltsin justo estaba informando a Bush y que al presidente estadounidense le había gustado.

- ¿Cree que la idea de la creación de la CEI fracasó? ¿La CEI existe hoy en día como tal?

- La CEI fue lo máximo que se pudo conseguir para la situación que había a finales del año 1991. Pretendíamos conservar, dentro de lo posible, los vínculos más estrechos entre las antiguas repúblicas de la antigua Unión Soviética. Creo que si la firma del Tratado se hubiese celebrado en marzo de 1991, en vez de diciembre, habría sido posible crear una confederación. Pero Gorbachov era entonces un acérrimo enemigo de la idea de la confederación. Y el 20 de octubre, cuando cambió de opinión y apoyó esta opción, ya era tarde. Conseguimos conservar la CEI. Opino que se conservaron los lazos más estrechos posibles. ¿Qué solucionó la Comunidad? Solucionó, por ejemplo, las cuestiónes de “divorcio” de manera civilizada. Fue después cuando empezaron los problemas y los fallos. El Tratado, firmado y ratificado por todos sus miembros, contemplaba la libre circulación de personas e información, pero algunos creyeron que hacían falta los visados. Algunos creen que la CEI es un lastre para ellos, otros creen que pueden hacer lo que les de la gana sin observar lo estipulado.

En cualquier caso no creo que se podía haber hecho algo mejor. Es más, estoy orgulloso de que entonces lo hubiésemos conseguido. La Unión Soviética estaba amenazada de una desintegración incontrolable, una guerra civil. Los pobres se podían haber levantado contra los ricos culpándoles de todos sus males. En la actualidad la CEI es un club de reunión para los Jefes de Estados y altos cargos. Sirve de amortiguador que suaviza las relaciones.

-Considera aquella firma la más importante en su vida?

- Me siento orgulloso, considero que fue una firma importante pero no la más crucial de todas. Creo que la firma más importante de todas fue la del acuerdo sobre la retirada del armamento nuclear del territorio de Bielorrusia.

Nuestro país era un rehén de Rusia. En nuestro territorio había armas nucleares para exterminar a toda Europa. Si hubiese estallado algún conflicto habría que aniquilar a Bielorrusia. No a Moscú, a Bielorrusia porque amenazaba al mundo con su arsenal nuclear. Ya el 7 de diciembre en Viskulí dije que estábamos dispuestos a entregar todo el armamento nuclear incondicionalmente. Yo sabía mejor que ninguno de los reunidos qué eran las  armas nucleares y qué amenaza representaban para Bielorrusia.

-¿Por qué entregó el arsenal nuclear sin pedir nada a cambio? Bielorrusia necesitaba petróleo y gas...

- Sólo los profanos piensan que se podía haber ganado algo con las armas nucleares. Para ello habría sido necesario mantenerlas en el país. Además, mantenerlas a punto para poder amenazar a alguien. Era imposible en Bielorrusia. Había que entrar en un conflicto mortal con Rusia... Y había que afrontar unos gastos colosales para tenerlas preparadas para el combate.

- Ahora el presidente Lukashenko lamenta que Bielorrusia no sea una potencia nuclear.

-  Eso explica por qué siento tan orgulloso. Si en las manos de este hombre, que no tiene ni siquiera conocimientos rudimentarios de politología, hubiera caído el armamento nuclear tendríamos un gran problema. Ahora se inventa que tenemos material fisionable y plutonio para armas  Es un disparate, son fantasías de un ignorante que no entiende de lo que habla.

- ¿Hay algunos secretos de aquel período que todavía no ha desvelado ni desvelará nunca?

- Existen ciertos puntos de los que no quiero hablar hoy. Hay cosas que no quiero desvelar nunca. Pero hay de las que tendré que hablar más tarde. Su hora todavía no ha llegado.

- ¿Esto cambiará algo?

- No, no cambiará nada. Lo que recuerdo y no quiero desvelar simplemente caracterizará de otra manera a ciertas personas que están vivas actualmente.

- Hace 20 años, cuando se estaba creando la CEI, ¿veía Ud. un futuro diferente para Rusia, Bielorrusia y Ucrania? ¿Esperaba que todo volvería al punto de partida?

- No podía esperar que casi todo volvería al punto de partida por una simple razón. No tenía ninguna preparación fundamental en ciencias humanitarias. Había hecho la carrera de físico y me imaginaba que todo sería como en física, donde todo es lógico y consecutivo. Lógico hasta tal punto que se llegó a crear la bomba de hidrógeno. Pero aquí salió todo al revés.

- ¿Alguno de los países de la CEI se aproximó siquiera a lo que Ud. quería ver?

- Podría hablar del país que está bien encaminado, para mí Ucrania. A decir verdad, yo simpatizaba con su antiguo presidente Yúschenko y con la Revolución naranja. Algunos decretos posteriores de Yúschenko no me gustaron, empezó a actuar bruscamente. Pensé que la democracia estaba condenada pero en Ucrania consiguieron garantizar el traspaso legítimo del poder. En Rusia, en cambio, el poder desde siempre fue “regalado”, no traspasado legítimamente. Creo que Ucrania conserva la capacidad de seguir el camino democrático y del mercado libre. Ya no hablo de los países que no formaron parte de la CEI y ahora están prosperando. Lituania, Letonia y Estonia desde el principio eligieron un buen camino de economía libre.

- Hace 20 años que la Unión Soviética dejó de existir. ¿En qué país postsoviético la gente empezó a vivir mejor y en cuáles no?

- Cualquier transformación económica representa al principio un choque, luego una terapia y sólo después una vida mejor. En el espacio postsoviético podría destacar Ucrania, países bálticos, Rusia, a donde viajo con cierta frecuencia. En general, todos viven algo mejor que después de la desintegración de la URSS. Sin  embargo, vivirían mejor todavía si no hubiese esta cruel lucha por el poder entre las fuerzas de corte comunista. En segundo lugar, me parece que un gran obstáculo para una vida mejor es la situación, por ejemplo, en Rusia donde hay multitud de oligarcas, gente muy rica y gente muy pobre. Eso demuestra que el parlamento funciona mal, que las garantías legales en los ámbitos económico y social son insuficientes. Se dan casos de cabildeo de los intereses de oligarcas por parte de los diputados. Por eso en Rusia florece la corrupción. En Bielorrusia se ve lo mismo aunque a menor escala. Es decir, todos los vicios propios del sistema socialista actualmente siguen presentes y aún más patentes y los responsables se muestran más insolentes porque se sienten protegidos. Así no podremos construir ningún paraíso.

Lo último
0
Para participar en la conversación,
inicie sesión o regístrese.
loader
Chats
Заголовок открываемого материала