El consumo mundial de analgésicos opiáceos creció sustancialmente en EEUU y Europa Occidental, mientras que en otros países sigue al mismo nivel o disminuye, dice el informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de la ONU, publicado hoy.
En los últimos 20 años la producción mundial de morfina y opiáceos sintéticos aumentó 5 veces, mientras que el consumo de morfina entre 1989 y 2009 creció 7 veces. Según datos de la JIFE, entre 1989 y 2009 el consumo de analgésicos opiáceos en EEUU creció sustancialmente al lograr casi 40 mil dosis convencionales diarias por 1 millón de personas.
Entre 2000 y 2009 el consumo de morfina y sus derivados se disparó también en Europa, aunque los indicadores varían de un país a otro. Lideran en el consumo de morfina Alemania y Austria, mientras que en los países de Europa Oriental éste sigue al mismo nivel o incluso disminuye.
En Rusia y Bielorrusia, según el informe, se registran menos de 200 dosis convencionales diarias de analgésicos opiáceos por 1 millón de personas, y en Moldavia y Ucrania, este índice es inferior a 100.
Tal y como se esperaba, en la situación más crítica con el uso médico de opiáceos se encuentran los países más pobres de Asia y África, donde el consumo de tales medicamentos no supera 10 dosis convencionales diarias por 1 millón de personas.
La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) es un órgano de fiscalización independiente y cuasi judicial, encargado de vigilar la aplicación de los tratados de la ONU para fiscalización internacional de drogas. La Junta se estableció en 1968 conforme a la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes. Sus predecesores en virtud de los anteriores tratados de fiscalización de drogas datan de la época de la Sociedad de Naciones.