La demanda metabólica en los osos negros durante la hibernación es considerablemente menor que la temperatura de su cuerpo que mantiene su calor normal prácticamente en los 5-7 meses de sueño, lo que no ocurre con la mayoría de los animales que duermen todo el invierno, afirman científicos de la universidad de Alaska.
De acuerdo con una investigación de científicos de la universidad de Alaska publicada por la revista Science, se aclaró que durante el período de hibernación de los osos estadounidenses negros que se extiende de 5 a 7 meses en el año, la demanda metabólica de estos mamíferos se reduce 75% mientras que la temperatura de su cuerpo cae apenas 5-6 grados.
Los investigadores alojaron en cajas de madera llenas de cámaras y grabadores a cinco osos negros, tres machos y dos hembras, a los que les implantaron transmisores con el fin de medir su temperatura, ritmo cardíaco y actividad muscular.
En forma contraria a lo que se esperaba, los científicos hallaron que, en vez de que la temperatura de los animales disminuyera cerca del nivel de congelación por su inactividad, los osos experimentaban ciclos de varios días en que su temperatura descendía a 30 grados centígrados pero después aumentaba a los 36 grados, casi normales.
Sin embargo, pese a permanecer relativamente templado, el metabolismo de los osos caía a niveles muy bajos. Su consumo de oxígeno se reducía en un 75% respecto al del verano y su tasa cardíaca descendía de 55 pulsos por minuto a 14.
Brian Barnes, responsable del estudio, subrayó que tras hibernar los osos negros no tienen pérdidas óseas ni musculares, como pasa con las personas después de un prolongado período de inactividad. Agregó que si se llega a comprender mejor este mecanismo de menor demanda metabólica en los osos podrían desarrollarse nuevas terapias y medicamentos para la gente.