Un museo de la KGB fue abierto hoy en el piso 23 del hotel "Viru" en Tallin, capital de Estonia, donde en la época soviética se instalaban aparatos especiales para la escucha de las conversaciones de los turistas extranjeros que se alojaban en uno de los mejores hoteles de la URSS.
De acuerdo con declaraciones de la directora ejecutiva del hotel, Anu Soosaar, la idea de abrir el museo se maduró diez años y el motivo de su apertura fue el interés de los visitantes de conocer el piso 23 de la edificación y sus historias. El museo ocupa dos habitaciones y pasillos, dijo.
En las habitaciones del museo son reproducidos los puestos de trabajo de los empleados de la KGB, hay estanterías con los aparatos electrónicos usados para el control secreto de los visitantes del hotel.
Asimismo, en las mesas están situadas grabadoras, máquinas de escribir, teléfonos de la época soviética y distintos documentos.
El jueves, el museo mantiene sus puertas abiertas para el público y el ingreso es gratuito. Al piso 23 del hotel es posible pasar con acompañamiento de un guía y en grupos de no más de 25 personas.
Hasta finales de abril, el museo trabajará solamente los sábados y domingos, pero desde mayo hasta septiembre, se mantendrá abierto toda la semana. El coste de la entrada es de 7 euros y para los inquilinos del hotel, 5 euros.
En la época soviética, los lugareños y visitantes de Tallin, solían visitar el restaurante de "Viru", en el piso 22, desde donde se abre un panorama hermoso de la ciudad Vieja y el mar, pero no todos sabían que también existía un piso 23, cerrado para los visitantes.
El servicio secreto soviético controlaba 60 de 400 números del hotel. Desde aquí se mantenía una comunicación por radio con Moscú y Finlandia, país de donde llegaba el número más grande de turistas extranjeros a Tallin, según un guía del lugar.
Museo de la KGB inaugurado en un hotel de Tallin
19:05 GMT 13.01.2011 (actualizado: 21:01 GMT 28.05.2024)
© RIA Novosti . Vladimir Fedorenko
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Un museo de la KGB fue abierto hoy en el piso 23 del hotel "Viru" en Tallin, capital de Estonia, donde en la época soviética se instalaban aparatos especiales para la escucha de las conversaciones de los turistas extranjeros que se alojaban en uno de los mejores hoteles de la URSS.