El año saliente 2010, Rusia fue campeón absoluto en lanzamientos de cohetes espaciales, pero fracasó en su intento de convertirse en potencia mundial en navegación satelital, y romper la supremacía de Estados Unidos.
De los 74 lanzamientos de cohetes efectuados en el mundo el año pasado, Rusia realizó 31, dejando muy por detrás a otras potencias espaciales como EEUU y China, que en conjunto apenas sumaron 15 lanzamientos de aparatos espaciales.
El único lanzamiento fallido de un cohete Proton-M el pasado 5 de diciembre, que conllevó a la pérdida de tres satélites para el sistema ruso de navegación y posicionamiento GLONASS, destapó a juicio del gobierno, la existencia de graves problemas de organización y gestión en las empresas del sector aeroespacial nacional.
Independientemente a las razones, la pérdida de los tres satélites supuso un duro revés político para el presidente Dmitri Medvédev, quien días antes al accidente, durante su mensaje anual a las dos cámaras del Parlamento, anticipó que GLONASS comenzaría a operar a nivel global a partir de 2011.
Según la comisión estatal que investigó el accidente, el bloque de aceleración DM-03 (tercera y última fase del Protón) fue llenado con 1,5 a 2 toneladas más del combustible necesario.
El peso de ese combustible excesivo redujo la velocidad de vuelo del Protón que al momento de la separación de la tercera fase resultó 100 metros por segundo inferior a la prevista, y sin alcanzar la altura necesaria, el bloque DM-03 con los tres satélites cayeron en el Océano Pacífico.
La investigación también estableció que el exceso de combustible se debió a la inclusión de cifras equivocadas en la documentación oficial, y no a un error del personal de servicio en el cosmódromo Baikonur, o un fallo de los instrumentos que indican el nivel de combustible en los tanques del cohete.
La comisión de un error de esas proporciones causó gran malestar en el Kremlin que ordenó a la Fiscalía y a la Dirección de Control de la Presidencia investigar la gestión de la agencia espacial rusa Roscomos y el consorcio Energía fabricante de los cohetes Proton.
En consecuencia, fueron destituídos el ingeniero jefe de Energía, un director adjunto de Roscomos, y su director general, Anatoli Permínov, recibió una amonestación grave (como la tarjeta amarilla en fútbol) posiblemente por sus declaraciones a la prensa en las que minimizó las consecuencias del accidente.
A juicio de expertos, la pérdida de los satélites perjudicó aún más la ya deteriorada reputación del programa ruso GLONASS que debió de ser operativo a nivel mundial ya en 2009.
Para las necesidades internas de navegación y defensa en el territorio ruso la configuración actual de GLONASS es suficiente, pero sin la cobertura mundial, el sistema ruso de posicionamiento por satélite no puede competir GSP estadounidense.
Actualmente el sistema GLONASS está compuesto por una flotilla de 26 satélites en órbita desde 1993. De ellos, 20 son operativos, dos se encuentran en órbitas de reserva y cuatro han sido desconectados temporalmente del sistema.
Para la cobertura del territorio ruso, se necesitan 18 satélites en funcionamiento, y para la cobertura global 24 artilugios. Teniendo en cuenta situaciones imprevistas, se considera que para el óptimo y fiable funcionamiento de GLONASS es necesario tener al menos 30 satélites permanentemente en órbita.
Hasta el momento, a nivel oficial no hay comentarios sobre las pérdidas que supone para Rusia el lanzamiento fallido del Proton, aunque otras fuentes estiman las pérdidas en al menos 70 millones de dólares.
Las pérdidas más considerables son potenciales porque se retrasará la realización de contratos para el uso de GLONASS en otros países del mundo como China, India, algunos países de Europa, y latinoamericanos como Cuba y Venezuela.
Funcionarios de Roscomos indicaron que actualmente en diferentes fases de desarrollo avanza la fabricación de al menos cinco satélites para el sistema GLONASS y el accidente implicará ajustes en el programa para los lanzamientos de estos aparatos previstos para 2011 y 2012.
A diferencia del malestar en el gobierno y el nerviosismo en las empresas de la industria espacial, el ministerio de Defensa de Rusia, uno de los principales usuarios de GLONASS reaccionó con relativa tranquilidad al descalabro causado por la caída Proton.
“El fracaso del Proton-M no influye substancialmente en la configuración actual del sistam GLONASS en lo que se refiere a las necesidades de defensa del territorio ruso”, indicó un comunicado de la entidad castrense.
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