El 2010 fue para Rusia un año lleno de fenómenos naturales anormales. La entrada del año estuvo marcada por un frío muy intenso que hizo descender el mercurio 10 grados por debajo de la norma. En el centro del país, se registraron temperaturas nocturnas de entre 25º C y 32º C bajo cero.

El 2010 fue para Rusia un año lleno de fenómenos naturales anormales. La entrada del año estuvo marcada por un frío muy intenso que hizo descender el mercurio 10 grados por debajo de la norma. En el centro del país, se registraron temperaturas nocturnas de entre 25º C y 32º C bajo cero.

Por la noche, los termómetros marcaban 38 grados negativos en la región del Volga y los Urales, 40 bajo cero en Siberia Occidental y 60 bajo cero en Yakutia. En el noroeste ruso las temperaturas nocturnas oscilaban entre 23 y 40 grados negativos.

En Yakutia, república autónoma rusa en Siberia Oriental, el 2010 fue el año de las peores riadas de la historia. Las inundaciones fueron provocadas por un fenómeno que se dio en el río Lena, en cuyo curso superior se acumuló mucha nieve sobre una capa de hielo más bien fina, mientras que en su curso bajo la situación era inversa.

Las inusualmente bajas temperaturas invernales dejaron paso a un verano extremadamente cálido. En Moscú la ola de calor registró varios récords históricos, y en la provincia ardieron turbas. El humo de los incendios invadió durante días la capital y otras ciudades de la región.

El pasado 20 de octubre, una veintena de poblaciones del Territorio de Krasnodar, en el sur de Rusia, sufrió fuertes inundaciones provocadas por lluvias torrenciales. La cantidad de agua que cayó ese día alcanzó el promedio mensual de precipitaciones para esa zona.

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© Foto : Vladimir Talanov
En noviembre las temperaturas alcanzaron en Moscú máximos históricos durante cuatro días consecutivos. Así, el 11 de noviembre el mercurio subió hasta los 14,5 grados.

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© Foto : Galina Korol
Como consecuencia, a mediados de noviembre los sauces de los parques y bosques moscovitas echaron flor.

No obstante, ya a finales del pasado mes las temperaturas de repente bajaron, y Moscú se cubrió de blanco.

En la primera semana de diciembre, las temperaturas positivas y las lluvias hicieron derretir casi toda la nieve que había caído hasta entonces en la capital rusa. Los máximos históricos de temperatura se registraron también en la península de Kamchatka, en el noreste de Rusia, donde el mercurio marcó valores positivos frente a los 4º C bajo cero habituales para esta época del año.

En la segunda quincena de diciembre, una ola de intenso frío azotó a Siberia. En la provincia de Kémerovo, las temperaturas nocturnas descendieron a 40-48º C bajo cero. En Novosibirsk, las mínimas fueron entre 34 y 39 negativos e incluso alcanzaron los 43 bajo cero en algunas zonas de la provincia.

El 25 de diciembre, una tormenta de hielo azotó la capital rusa. Se trata de un fenómeno muy raro que se produce cuando la temperatura en las capas superiores de la atmósfera es más alta que en los estratos más bajos. Como resultado, las precipitaciones se congelan al tocar el suelo, formando una especie de hielo glaseado en la superficie de objetos.

Mientras tanto, el sur de Rusia registra temperaturas inusualmente altas que hicieron florecer algunas plantas que suelen ponerse en flor en abril.
