El aumento de la duración del día después del solsticio de invierno mejorará el estado emocional de los humanos debido a que su sistema nervioso requiere una dosis determinada de luz natural, consideran médicos rusos.
“La luz ambiental ejerce una influencia positiva sobre el estado emocional porque obliga al organismo producir más serotonina “responsable” de la sensación de alegría y felicidad. Al contrario, la oscuridad impide elaboración de esta sustancia. Por eso el aumento de la duración del día mejora el estado emocional y por lo tanto, físico”, dijo a RIA Novosti el médico ruso Serguei Yarosh.
El sicoterapeuta Mark Sandomirski, añade que otro factor que suele influir en ritmos biológicos es la iluminación artificial de las ciudades modernas.
“La vida en una urbe está llena de paradojas. La abundancia de luz artificial hace al organismo humano despistarse en el tiempo. Vivimos con rapidez, acelerando el ritmo de la vida”, explicó Sandomirski.
Según especialista, tal modo de vida altera ritmos biológicos y agudiza las enfermedades del sistema nervioso y muchas otras, porque sólo un estado emocional saludable contribuye a mantener la salud del hombre.
“Una persona contemporánea está acostumbrada a dormir de día y a llevar una activa vida social de noche. Tal régimen provoca depresiones o estrés temporal”, añadió.
Según astrónomos, el solsticio de invierno corresponde al instante en que la posición del Sol en el cielo se encuentra a la mayor distancia del ecuador celeste.
El fenómeno tiene lugar entre el 20 de diciembre y el 23 de diciembre todos los años en el hemisferio norte, y entre el 20 de junio y el 23 de junio en el hemisferio sur.