En su primer y único concierto de Moscú, el músico canadiense Leonard Cohen interpretó sólo sus temas clásicos como Dance Me to the End of Love, Suzanne o Hallelujah.

En su primer y único concierto de Moscú, el músico canadiense Leonard Cohen interpretó sólo sus temas clásicos como Dance Me to the End of Love, Suzanne o Hallelujah.

La actuación que el mítico cantante ofreció sobre las tablas del Gran Palacio del Kremlin no tenía nada que ver con los shows modernos: nada de efectos especiales, sólo música, una voz inolvidable y canciones que llegan al corazón.

El propio músico, de 76 años, que vestía un traje sobrio y un sombrero, parecía protagonista de una película del cine negro.

Cohen abrió el concierto con uno de sus temas más famosos, Dance Me to the End of Love. A la mitad de la actuación, se dirigió al público moscovita asegurando sentirse “muy contento de estar en esta ciudad que hacía tiempo que quería conocer”.

El cantante compartió el escenario moscovita con un grupo de músicos muchos de los cuales le acompañan desde hace 30 años.

Ambas partes del concierto estuvieron plagadas de grandes éxitos como Suzanne, Avalanche, Sisters of Mercy, The Gipsy's Wife, The Partisan, Feel So Good, I'm Your Man.

El momento culminante llegó con la mítica canción Hallelujah en la que Cohen hizo un elegante guiño hacia el público moscovita introduciendo las palabras “llegar hasta el mismo Kremlin”.
