Bishkek, 11 de agosto, RIA Novosti. La presidenta de Kirguizistán, Rosa Otunbáyeva, ordenó movilizar y poner en alerta todos los ministerios y administraciones provinciales ante la posible desestabilización de la situación socio-política en la república.
"El análisis de la información proporcionada por órganos de la administración pública y representantes de la sociedad civil evidencia que existe el riesgo de la desestabilización de la situación socio-política en el país, provocaciones por parte de las fuerzas destructivas y avivamiento de la actividad de grupos extremistas y criminales", señala una disposición firmada por Otunbáyeva.
El documento indica que la situación se agrava debido a que la población dispone de grandes cantidades de armas y pertrechos.
Así que "con el fin de neutralizar las amenazas a la seguridad nacional y garantizar el uso eficaz de los recursos del poder ejecutivo en el contexto de la campaña electoral, la presidenta exigió movilizar y poner en alerta el personal de la Fiscalía General, de los ministerios de Defensa, de Situaciones de Emergencia y otras fuerzas de orden desde el 11 de agosto y hasta una disposición especial".
Asimismo, la presidenta ordenó garantizar la seguridad de los lugares de residencia compacta de grupos étnicos, líderes de las ONGs y funcionarios públiocs, elementos de la infraestructura de transporte aéreo, ferroviario y por carretera, así como reforzar la vigilancia de fronteras.
Todos los ministerios, departamentos y administraciones deberán funcionar 24 horas al día y practicar el intercambio de la información para reaccionar con rapidez ante posibles cambios de la situación.
El Gobierno Provisional, integrado por partidos opositores de Kirguizistán, asumió el poder el pasado 7 de abril tras la destitución del entonces presidente, Kurmanbek Bakíev.
A finales de julio pasado el país celebró un referendo nacional sobre nueva Constitución y la elección de Rosa Otunbáyeva como presidenta de la república. Las elecciones parlamentarias están fijadas para el próximo 10 de octubre.
Desde el mes de abril Kirguizistán sufrió varios disturbios masivos, los más violentos estallaron a principios de junio en el sur del país, en las provincias de Osh y Jalal-Abad, que se hicieron escenarios de violentos choques armados entre kirguíses y uzbekos, acompañados de merodeo y pogromos.
A raíz de esos trágicos acontecimientos unas 2.000 personas murieron y unos 2.500 edificios quedaron en ruinas, según los datos extraoficiales. Más de 500.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares.
