Moscú, 24 de junio, RIA Novosti. Los participantes del foro internacional antidrogas celebrado en Moscú este mes de junio mostraron satisfacción por sus resultados, así como instaron a coordibnar los esfuerzos en la lucha contra la amenaza que presentan las drogas afganas y mejorar la eficacia de la ayuda a Kabul.
Lo dice la declaración conjunta de los participantes del foro "Producción de drogas en Afganistán: Un reto a la comunidad internacional", hecha pública este jueves por el del Servicio Federal de Control de Drogas (FSKN) en el marco de la conferencia interactiva Moscú - Washington organizada por RIA Novosti.
El foro celebrado del 9 al 10 de junio reunió a jefes de organismos judiciales y las principales agencias antidrogas, expertos y políticos de diferentes países, periodistas y representantes de la ONU, la OTAN, la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) y otros organismos internacionales.
"Exhortamos a todos los Estados miembros de la ONU interesados, organismos internacionales y regionales, organizaciones políticas y no gubernamentales, así como a otras instituciones de la sociedad civil realizar de forma coordinada las estrategias de la lucha antidrogas en Afganistán y en la región de estricta conformidad con las resoluciones de la ONU y recomendaciones de foros internacionales y regionales", dice la declaración.
Expertos tomaron en consideración el conjunto de las medidas propuestas por Rusia y otros participantes del evento y orientadas a acabar con la producción de estupefacientes en Afganistán; a saber: lograr que la ONU dedique más atención a la problemática de lucha contra la amenaza global que parte del narcotráfico, en primer lugar, del territorio de Afganistán; realizar de modo coordinado los programas de desarrollo económico de Afganistán; liquidar las plantaciones de drogas junto con la realización paralela de programas de desarrollo alternativo; atraer más enérgicamente la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad a la lucha contra la infraestructura afgana de producción de estupefacientes; desarrollar la cooperación entre los organismos judiciales de la región, incluido el intercambio de información sobre el narcotráfico y los precursores de drogas; proseguir la preparación de cuadros para los servicios antidrogas afganos y de otros Estados de la región.
"Nos pronunciamos a favor de mejorar la eficacia de los programas de prestación de ayuda, incluida la financiera, al Gobierno de Afganistán en el control sobre la circulación de drogas; a favor de elaborar planes de cooperación práctica entre las organizicaciones internacionales y las regionales incorporadas a la lucha contra el cultivo, la producción y la circulación de estupefacientes en Afganistán y la región", se señala en el documento.
También se subraya "la necesidad de fortalecer la cooperacion internacional y regional en la lucha contra la amenaza de drogas que parte, en primer lugar, desde el territorio afgano".
Expertos reconocieron que " es importante proseguir los esfuerzos internacionales con el fin de edificar a un Afganistán estable, pacífico, próspero y democrático", señalaron que en esa actividad a la ONU le corresponde el papel rector, en estricta corespondenca con la Carta de Naciones Unidas, y que el propio Kabul debe mostrase muy activo.
Los participantes del foro declararon que el colosal volumen del narcotráfico afgano y la relación existente entre ese fenómeno y el terrorismo constiutyen un reto a la paz y la seguridad en el mundo, que la producción de drogas actúa como una fuente de financiación de la actividad terrorista en Afganistán y fuera de su territorio.
Señalaron la suma importancia de la ayuda que la comunidad mundial, las organizaciones internacionales y regionales, ONGs y otras instuciones de la sociedad ciudadana prestan a Afganistán con el fin de reducir la producción de estupefacientes, entre ello por medio de buscar fuentes alternativas de obtención de ingresos por los granjeros afganos y crear mercados regionales de realización de productos agrícolas, sustentar los organismos judiciales, fortalecer el control sobre la circulación de drogas, liquidar la infraestructura de producción de drogas y hacer que disminuya la demanda y consumo de drogas, en particular, en Afganistán.