Moscú, 26 de abril, RIA Novosti. Las autoridades de Uzbekistán realizan una campaña masiva de esterilización femenina, ordenada por el presidente Islam Karímov y algunas intervenciones se llevan a cabo sin el consentimiento de la paciente, informa el semanario The Sunday Times.
Según el rotativo británico que cita a activistas uzbekos pro derechos humanos, el programa arrancó en 1999 pero en 2003 fue suspendido por haber provocado el descontento popular. En 2007, el Comité contra la Tortura de la ONU constató su carácter forzado.
Pese a que la tasa de natalidad bajó de 4,4 a 2,5 hijos por mujer durante el mandato de Karímov, las autoridades uzbekas consideran que en el país siguen naciendo demasiados niños. Por eso, el pasado mes de febrero se reanudó el programa de esterilización femenina por ser un "método anticonceptivo" eficaz.
Al parecer, la medida se debe la falta de recursos presupuestarios para ayudas familiares, a las pocas plazas disponibles en los hospitales infantiles y a la elevada tasa de mortalidad materna e infantil.
Según fuentes de The Sunday Times, cada ginecólogo uzbeko debe convencer al menos a dos mujeres al mes para que se sometan a la esterilización sin que lo sepan sus maridos. Los médicos que no lo hacen son amonestados o sancionados con multas.
Para cumplir la orden, algunos ginecólogos realizan ligaduras de las trompas de Falopio o incluso extirpan el útero sin el consentimiento de la paciente, por ejemplo, durante una cesárea o en otras complicaciones del parto.
Unas 5.000 mujeres uzbekas han sido esterilizadas ya desde el reinicio de la campaña en febrero, afirmas defensores de derechos humanos.
Actualmente, la antigua república soviética tiene alrededor de 28 millones de habitantes. Conforme a los datos de Sanidad de Uzbekistán, su población aumenta en un medio millón de personas al año, una cifra que ponen en duda algunos expertos.