Moscú, 9 de abril, RIA Novosti. El sushi, tradicional plato japonés de arroz, moriscos y algas, puede modificar el genoma de los microorganismos del intestino humano, afirman unos expertos de la Universidad Pierre y Maria Curie de París.
Científicos lograron demostrar que los japoneses digieren fácilmente algas gracias a unos fermentos especiales presentes en su intestino.
Las bacterias que producen esos fermentos tienen el mismo genoma que las que habitan en algas utilizadas en la preparación del sushi.
En el organismo de los habitantes de EEUU, que comen sushi desde hace mucho menos, tal fermento no fue hallado.
Un grupo de científicos de la mencionada Universidad estudió la alga roja conocida bajo el nombre de porphyra. Su variedad comestible se llama nori y se utiliza por tradicicón al preparar sushi.
La bacteria Zobellia Galactanivorans que habita en la superfiecie de esa alga produce el fermento porphyranasa, que destruye las paredes densas de las células de algas, garantizando alimentación para esa bacteria.
Otro grupo de científicos descubrió ese gen en el organismo de cinco de los trece japoneses y en ninguno de los estadounidenses, que participaron en el experimento.
Se trata de unos genes muy útiles para los seres humanos, pues permiten absorber sustancias nutritivas de un producto imposible de desagregar sin el fermento porphyranasa.
Esos descubrimientos permiten deducir que la comida y los métodos de su preparación influyen al parecer en la flora del intestino.
El microbiólogo John Sonnenburg, de la Universidad de Stanford, California, EEUU, escribió un artículo en que recalcó la importancia de la capacidad de la microflora intestinal de adaptarse al medio cambiante y de la diversidad de dietas.
"Los viajes por el mundo y el comercio internacional abren acceso a numerosas cocinas nacionales y, probablemente, a unos microbios que llevan nuevos genes", afirma el científico.