Kabul, 6 de abril, RIA Novosti. El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, impuso a juzgar por todo una moratoria tácita sobre la aplicación de la pena capital en el país, declaró hoy a la prensa el miembro de la presidencia del Tribunal Supremo de la República Islámica de Afganistán, Abdul Rashid Rashid.
El Tribunal Supremo aprobó muchas sentencias de muerte: más de 200 en los últimos 15 meses, pero Karzai presionado desde fuera, no las firma, explicó.
Según la prestigiosa organización de protección de derechos humanos, Amnesty International, de las 375 sentencias de muerte dictadas en la República Islámica en los últimos dos años ninguna fue cumplida. La última vez, la pena de muerte se aplicó en noviembre de 2008 a ocho reos que cometieron varios secuestros, violación en grupo y asesinatos.
La justicia afgana puede castigar con pena de muerte los asesinatos premeditados o la resistencia armada al régimen gobernante. Pero desde hace más de un año no fue ejecutado ni siquiera uno de los terroristas apresados y mantenidos en cárceles.
Analistas locales señalan que el máximo líder afgano tiene mucho nerviosismo últimamente y hace declaraciones chocantes. Por ejemplo, tras la visita sorpresiva a su palacio del presidente de EEUU, Barack Obama , del 1 de abril, Karzai acusó a la ONU, la Unión Europea y a todos los extranjeros de haber organizado el fraude en las elecciones presidenciales de 2009.
Según unos medios noticiosos que citan al diputado por la provincia de Nangarhar, Farooq Marenai, el presidente declaró en una reunión de parlamentarios que si la injerencia extranjera y la presión foránea con el fin de impulsar reformas en Afganistán no cesan, él abandonará el proceso político y pasará al campo de los talibanes.
Anteriormente, Karzai señalaba que "existe una línea divisoria muy fina entre la ayuda extranjera y la ocupación del Estado afgano".
