Budapest, 25 de febrero, RIA Novosti. Entre los jóvenes húngaros se propaga la tendencia peligrosa de tomar tranquilizantes con alcohol, declaró a la prensa hoy el director de la Clínica Toxicológica de Budapest, Gabor Zaher.
Los médicos con frecuencia se ven obligados a salvar la vida a los jóvenes que ingerieron calmantes y después tomaron alcohol, además lo hicieron adrede, dijo.
Tal mezcla química daña irreparablemente el organismo y puede convertir en poco tiempo un hombre sano en un inválido, añadió.
El año pasado, en la Clínica Toxicológica de Budapest se prestó asistencia médica urgente a casi dos mil de tales pacientes.