Moscú, 25 de febrero, RIA Novosti. La Policía de Moscú se vio en el centro de un nuevo escándalo, constata hoy el diario Vremya Novostei. Tres oficiales de la división criminal secuestraron a un empresario bielorruso y su hijo en las afueras de la capital rusa y fueron detenidos en el momento de cobrar una parte del rescate que exigían por la liberación.
La reacción de la cúpula policial no se hizo esperar. El jefe de la Policía de Moscú, Vladímir Kolokóltsev, cesó ayer a los jefes inmediatos de los detenidos y ordenó una inspección exhaustiva en la división criminal. Sin embargo, estas medidas ya no podían "salvar la situación".
El escándalo se desencadenó poco después de emitida la sentencia de cadena perpetua contra Denis Yevsiukov, ex jefe de una comisaría policial que sin motivo alguno mató a tiros a dos personas e hirió a otras seis en un supermercado de Moscú, en abril pasado.
El caso provocó múltiples denuncias de abusos, corruptelas y crímenes cometidos por agentes del Interior y aceleró el lanzamiento de una reforma radical en este departamento, incluida la destitución instantánea de 17 generales de Policía, entre ellos, dos viceministros.