El historiador Fernando Bossi afirma que la victoria de Ayacucho se alcanzó por una fórmula que contenía una ideología- el patriotismo revolucionario-, un programa, la independencia y la república democrática y una organización -la unidad popular pueblo-ejército-.
La Batalla de Ayacucho, fue el último gran enfrentamiento dentro de las campañas terrestres de las Guerras de Independencia Hispanoamericanas (1809-1826).
La victoria de los independentistas, puso fin al dominio colonial español en Sudamérica con la desaparición del último virreinato que seguía en pie, el del Perú, sellando así la independencia de éste país andino, con una capitulación militar.
La batalla se desarrolló en la Pampa de la Quinua, que se ubica a 12 kilómetros de la ciudad de Huamanga, el 9 de diciembre de 1824. Antonio José de Sucre, con 5 mil 780 soldados, se enfrenta y vence al virrey La Serna, quien guía 9 mil 320 hombres, en el campo inmortal de Ayacucho, que en lengua quechua quiere decir Rincón de los Muertos.
El virrey La Serna fue hecho prisionero, se convocó a Consejo de Guerra para evaluar la situación militar de la batalla. Las conclusiones de ese Consejo fueron que la batalla estaba siendo ganada por los patriotas y que existía desbande en sus tropas.
A pesar de los informes, el Consejo de Guerra decidió el repliegue del ejército realista al Alto Perú para apoyar al general Olañeta, pero las tropas realistas ya no tenían fuerzas ni ganas de obedecer a sus jefes, por lo que al recibir esa orden, se amotinaron y se produjeron rendiciones y huidas.
El Mariscal del Perú, don José de La Mar, con un ayudante, instó a la rendición a los jefes realistas, "asegurando que el general Sucre estaba dispuesto a conceder a los vencidos una capitulación tan amplia como sus altas facultades permitiesen, a fin de que cesaran del todo las desgracias en el Perú".
Ante su situación militar calamitosa y ya sin tropas por el amotinamiento, el general Canterac aceptó la rendición.
El historiador J.A. Cova, dice que la Batalla de Ayacucho "no es solamente una épica acción de armas en cuanto a técnica y pericia militar. Es más: la creación de un gran artista, de un supremo artífice que ha vivido soñando con su obra maestra y finalmente la ve realizada con todos los contornos de la obra perfecta. En Ayacucho nada faltó para dar majestad y carácter a la suprema concepción de Sucre".
Por su parte, para el historiador Héctor Bencomo, "la disposición de la Batalla de Ayacucho fue perfecta. Maniobras hábiles desbarataron a los vencedores de 14 años y a un enemigo perfectamente constituido y hábilmente mandado. Ayacucho es la desesperación de nuestros enemigos y la envidia de los americanos".
Bencomo, salvando las diferencias, compara la batalla de Ayacucho con la de Waterloo, en el sentido que ambas decidieron el destino de un continente, ésta el de Europa, aquélla el de América.
Ayacucho: Victoria de los pueblos
Fernando Bossi, historiador argentino y Secretario de Organización del Congreso Bolivariano de los Pueblos, describe la victoria como completa y añade "la pampa de Ayacucho, en quechua "Rincón de los Muertos" hizo gala de su nombre para las tropas españolas".
Según afirma Bossi, el patriota puertorriqueño Pedro Eugenio de Hostos dijo de la batalla que "Ayacucho no es el esfuerzo de un solo pueblo; es el esfuerzo de todos los pueblos meridionales del Continente; no es el resultado de una lucha parcial, es el resultado de una lucha general; no es la victoria de un solo ejército, es la victoria de todos los ejércitos sudamericanos; no es el triunfo militar de un solo capitán, es el triunfo intelectual de todos los grandes capitanes, desde la fantasía fascinadora que se llamó Bolívar hasta la conciencia impasible que se llamó San Martín; no es el campo de batalla de peruanos y españoles, es el campo de batalla de América y España; no es la colisión de dos contrarios, es la última colisión de un porvenir contra otro porvenir; no es la batalla de una guerra, es la batalla decisiva de una lucha secular".
Para Bossi, la mañana del 9 de diciembre de 1824, no solamente se enfrentaron dos ejércitos sino también dos proyectos: "uno cargado de futuro, justicia y ansias de libertad; el otro, sólo con el peso infame de 300 años de soberbia, rapiña y ultraje".
Al preguntar qué proyectos se enfrentaron en Ayacucho, el Secretario de Organización del Congreso Bolivariano de los Pueblos, responde que en "Uno, el de la continuidad del antiguo régimen, el proyecto del colonialismo; el otro, el proyecto bolivariano de la Patria Grande. "
En forma esquemática podemos sostener que esos dos proyectos eran antagónicos al extremo, afirma el historiador, que proyecto patriótico implicaba "Independencia y Unidad. Confederación. Democracia. República. Ciudadanía, pueblo. Moral y luces. Justicia social. Reparto de tierras. Ejército popular, pueblo en armas. Educación universal. Proteccionismo y estímulo a la producción nativa. Modelo endógeno. Libertad de expresión. Defensa de los recursos estratégicos. Igualdad ante la ley".
Mientras que el proyecto patriótico representaba la dependencia y regionalismo, así como el despotismo, la monarquía, la supremacía de la aristocracia y la nobleza. El Oscurantismo, la inquisición, la esclavitud y servidumbre de los pueblos originarios. El Latifundio, la censura y la represión, además de la entrega y depredación de los recursos naturales.
Según Fernando Bossi, la batalla de Ayacucho nos enseña que la "Patria es la América", como señalaba el Libertador Simón Bolívar.
"Sin unidad no habrá salida para ninguno de nuestros países", afirma el historiador y agrega que siempre en la unidad y "únicamente en la unidad se podrá derrotar a cualquier enemigo, por poderoso que sea, que pretenda sojuzgarlo".
"Ayacucho nos enseña que los mismos indios, criollos, negros, mulatos, hombres y mujeres, en igualdad de condiciones y con la firmeza en la decisión de ser libres, que derrotaron al más poderoso imperio de su época, podrán hoy hacer lo mismo con el imperialismo que nos somete", enfatiza el secretario de organización del Congreso Bolivariano de los Pueblos.
Bossi destaca que en aquella gesta histórica, "venezolanos, neogranadinos, ecuatorianos, rioplatenses, chilenos, guaraníes, peruanos y altoperuanos combatieron juntos contra el poder colonial más temible de la época".
De igual manera destaca que en Ayacucho el bando patriota no estaba compuesto por 5 mil 780 patriotas solamente:
"Allí también se dieron cita Cuauhtemoc, Lautaro, Rumiñahui, Guaicaipuro, Lempira, Santos Atahualpa, Tupac Amaru, Zumbí, Mackandal, Tiradentes, Leonardo Chirinos, L'Ouverture, Dessalines, Tupac Katari, Pedro Murillo, los comuneros de Nueva Granada, José María España, Pumacahua y tantos otros que habían dado su sangre por la independencia y la justicia".
Fabiola Correa