Buenos Aires, PL, para RIA Novosti. Por Osvaldo Cardosa Samón.-Alrededor de un 20 por ciento de los electores argentinos aún duda hoy a quién entregar su voto el próximo domingo en los comicios presidenciales, una decisión que resulta determinante a ésta altura.
El proceso electoral entró en sus últimos tres días, marcados por la estrategia de los postulantes al poder de captar los votos de los indecisos.
Los candidatos con mayores posibilidades de triunfo intensifican su presencia en la televisión, teniendo en cuenta que las imágenes y no las palabras parecen tener la fuerza de decidir los resultados en las urnas.
Expertos recomiendan a alianzas y partidos políticos que aprovechen las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías, pues resulta necesario "generar una relación más personal con los votantes" a través de Internet, videos y demás medios electrónicos.
Cuando quede establecida desde las 08:00 hora local de mañana la veda electoral, ese segmento "vacilante" reflexionará sin la constante presión del proselitismo y el aplastante arco de encuestas de opinión.
Según la mayoría de los analistas, en cualquier elección afloran los indecisos, que generalmente adoptan dos posturas: deciden sin pensar antes en ningún candidato, cuando tienen la papeleta en la mano, o cambian de opinión a última hora una vez que quedan de frente a la urna.
Por esa alta cifra de dudosos, se piensa que ellos podrían definir el ganador de las presidenciales o la celebración de una segunda vuelta, pese a pronósticos de sondeos.
No obstante, la casi totalidad de los comentaristas políticos asegura que parte de los votos de los inseguros podría inclinarse hacia la candidata favorita en las encuestas, la primera dama Cristina Fernández, quien se convertiría en la primera mujer elegida por el pueblo para suceder a su esposo en la Casa Rosada.
La ley argentina esteblece que para ganar en la primera vuelta es necesario obtener más del 45 por ciento de los votos o el 40, con una diferencia de 10 puntos porcentuales sobre el segundo pretendiente al sillón de Rivadavia.
Para la votación del domingo están habilitadas 27 millones de personas, de ellas poco más de la mitad son mujeres.
El país está dividido en 24 distritos electorales (23 provincias más la Capital Federal).
La veda electoral, que quedará en vigencia este viernes, se extenderá hasta tres horas después de concluidos los comicios, programados para cerrar a las 18:00 horas del domingo, y prohíbe todas las actividades proselitistas, la difusión de encuestas y los espectáculos populares, teatrales o deportivos.
En el país trasandino, el voto es obligatorio para los ciudadanos mayores de 18 años y menores de 70 que se encuentren en un radio de 500 kilómetros de su residencia en el día de la votación.
Por tal razón, los índices de abstención no preocupan a los partidos políticos argentinos.
Sus abanderados dominan que los electores están obligados a votar, más por mandato legal que por ética ciudadana.
De no participar en la fiesta electoral, los habilitados no podrán ser designados para desempeñar funciones o empleos públicos durante tres años a partir de la elección.
