Nanoestructuras para conservar calor
Es de conocimiento común que el punto débil en la defensa térmica de los edificios son las ventanas. Aunque su superficie no supera el 30 por ciento de la extensión de las paredes, a través de ellas se pierde hasta la mitad del calor que se ocupa en la calefacción.
En la práctica, el problema para reducir la pérdida del calor por las ventanas se soluciona utilizando cristales que conservan calor. El problema radica en que esos cristales sólo pueden utilizarse en bloques herméticos, que además necesitan marcos especiales para su instalación.
Científicos del Instituto de Física Térmica adjunto a la Filial de la Academia de Ciencias de Rusia en Siberia (SO RAN) han propuesto aplicar un revestimiento que conserve calor a láminas transparentes de polímero, y no directamente al vidrio.
El objetivo es que el material del revestimiento en la lámina de polímero resista los agentes externos y conserve sus características en condiciones ambientales normales, y no sólo cuando se encuentra en un bloque hermético.
La aplicación del revestimiento en láminas de polímero a los cristales de ventanas corrientes reducirán a más de la mitad la pérdida térmica que se produce a través de ellas.
Desde el punto de vista de la economía de energía utilizada en la calefacción y el confort del recinto, las ventanas comunes revestidas con esta lámina de polímero tendrían el mismo efecto que las ventanas con dos o más bloques herméticos.
Investigaciones desarrolladas en el Instituto de Electrónica de Precisión (Filial Siberiana de la Academia de Ciencias de Rusia) pronostican la posibilidad de crear instrumentos y tecnologías para producir un nuevo tipo de materiales: placas o películas de polímero con revestimientos para conservar calor a base de nanocristales.
Estas placas economizan energía, mejoran el microclima de los recintos y excluyen la "zona de frío" junto a las ventanas.
El IEP continúa las investigaciones para perfeccionar esa tecnología y mejorar las características de esos materiales que podrán producirse a nivel industrial en los próximos dos o tres años.
Un nuevo canal podrá unir el mar negro con el caspio
La idea de construir ese canal fue promovida por el Centro Científico Sur de la Academia de Ciencias de Rusia y el Fondo de Proyectos de Trasporte del Congreso Internacional de Industriales y Empresarios.
La creación de ese sistema internacional de transporte hídrico comprende los mares, Caspio, Azov, Negro y Mediterráneo con accesos a las vías fluviales de Europa por los ríos Rin, Danubio y Meno.
Según expertos, ese canal reducirá al menos en 1.000 kilómetros la navegación entre estos mares en comparación con el actual canal Volga-Don, y para los países de Asia Central ese nuevo canal podría convertirse en la vía más importante para alcanzar esos mares a través de Rusia.
El proyecto para la construcción del canal marítimo internacional "Eurasia" fue presentado en el Foro Económico Internacional en San Petersburgo y su realización tendrá un costo de 4.500 millones de euros.
El proyecto prevé la reconstrucción de la vía fluvial Manich de 392 kilómetros de largo en la parte baja del río Don.
La construcción de la vía Manich se llevó a cabo desde 1936 hasta 1960 y las obras realizadas comprende tres viaductos con esclusas.
Según el proyecto, el canal Eurasia continuará por la cuenca de los ríos Kumo-Manich hasta llegar al mar Caspio, con un trayecto total de 650 kilómetros.
A propósito, ya en 1936 el Consejo de Comisarios Populares (consejo de ministros) de la URSS diseñó un proyecto para la construcción de ese canal, pero éste no llegó a realizarse, como consta en documentación oficial de la época.
Desde radares hasta olfato artificial
Uno de los premios estatales por aportes a la ciencia en 2006 fue concedido a dos destacados científicos: Yuri Guliáyev, director del Instituto de Radiotécnica y Electrónica de la Academia de Ciencias de Rusia, y Vladislav Pustovói, director del Centro de Ciencia y Tecnología de Instrumentos de la Academia de Ciencias de Rusia , ambos considerados fundadores de un nuevo campo en la física aplicada: la electrónica acústica y la óptica acústica.
En declaraciones al rotativo Novie Izvestia sobre los nuevos trabajos de su instituto Guliáyev afirmó: "Actualmente, trabajamos en la construcción de un aparato que permitirá identificar mercancías. Se trata de un equipo miniaturizado, de 3X5 milímetros, con capacidad de acumular información sobre cualquier tipo de producto.
"Este aparato se puede fijar en cualquier cosa, desde una botella de agua hasta luna tableta de chocolate. Su ventaja principal radica en que puede enviar información a una distancia de 50 metros. Así, el comprador no tendrá necesidad que colocar sus artículos en la caja para leer el código del producto . El cálculo y el pago de la compra serán más rápidos".
"Además, estamos dedicados a la creación de una nariz electrónica o instrumento para determinar aromas. Se trata de un pequeño tubo que, por ejemplo, puede distinguir por el olor, el vodka de primera categoría de otros de menor calidad. Nuestro aparato difícilmente podrá igualar el olfato de los perros, pero no se quedará a la zaga del que tiene el ser humano".
El premio concedido a Yuri Guliáyev y Viacheslav Pustovói es el reconocimiento a sus cuarenta años de labor en el campo de la informática y la electrónica. Estos dos científicos fueron los primeros en proponer un nuevo método, sumante innovador, para transformar señales con filtros especiales que convierten las onda magnética en acústicas.
En la actualidad cualquier televisor tiene esos filtros, que responden por la calidad de la imagen y el sonido. Lo mismo ocurre con los receptores de radio y las estaciones de radar. A propósito, la mayoría de los teléfonos celulares de marcas reconocidas también utilizan esos filtros.
Antenas para marcapasos cardiacos
Científicos rusos han desarrollado una antena en miniatura para marcapasos cardíacos y otros equipos que se implantan en el organismo humano, reveló la página digital de Centro Internacional de Ciencia y Tecnología.
Este tipo de antenas garantizan un contacto radial permanente entre los médicos y los instrumentos insertados en los órganos de pacientes, como los marcapasos.
Si los científicos consiguen realizar su planes, la vida de algunos pacientes será más cómoda y muchos otros podrán ser salvados.
La construcción de estas antenas resultó una tarea complicada. A diferencia de otras antenas, como la de los teléfonos celulares, las antenas para pacientes no operarán al aire libre sino en condiciones específicas del organismo entre sangre, huesos y músculos, es decir , en un medio no permeable a la difusión de toda la gama de ondas radiales. Además, hay que tener presente que no todas las frecuencias de radio pueden utilizarse en medicina. Las antena deberán ser diminutas y, al mismo tiempo, lo suficientemente potentes para penetrar los tejidos del organismo y, sin disminuir la calidad de la señal , trasmitir a los médicos la información necesaria.
Los instrumentos electrónicos de aplicación médica implantados en pacientes abarcan analizadores fisiológicos de todo tipo, compresores para el suministro de insulina, marcapasos cardíacos y desfibriladores. Algunos de de esos equipos podrían acumular información, pero lamentablemente para analizar sus datos o dotarlos de nuevos programas informáticos hay que extraerlos del organismo del enfermo.
La innovación que desarrollan los científicos del Centro Federal Nuclear e Instituto de Investigaciones de Física Aplicada "Académico Yevgueni Zababajin", en la ciudad de Snedhinsk, en la zona de los montes Urales, abrirá nueva posibilidades de diagnóstico y terapia.
