‘Puedo afirmar sin ambages que Litvinenko no tuvo absolutamente nada que ver con el Servicio de Inteligencia Externa, ni viceversa, así que todos estos rumores acerca de que lo habíamos enviado a Occidente o, por el contrario, despachamos al otro mundo, son totalmente disparatados' - sostiene Sergei Lebedev, director de este organismo ruso. ‘Hay motivos para suponer que a Litvinenko lo eliminaron para montar una provocación política contra Rusia' - señala él desde las páginas del rotativo Komsomolskaya Pravda.
‘Una de las personas implicadas en este caso, y cuyo nombre es del dominio universal, reconoció hace poco en Londres que su objetivo es desprestigiar a los actuales dirigentes de Rusia y al presidente en persona' - recuerda Lebedev en clara alusión al magnate exiliado Boris Berezovsky, un enemigo acérrimo de Putin.
Lebedev califica de ‘estereotipo' y ‘mito' la idea de que el servicio secreto ruso se dedica a la caza de ex agentes traidores en el extranjero, agregando que este organismo no practica homicidios y que las estructuras especializadas en esta clase de métodos quedaron suprimidas en la década del 50 del siglo pasado.
