Según Gazprom, los nuevos datos de la prospección geológica obtenidos en el yacimiento Stockman muestran que los riesgos de su explotación no son altos: las reservas han resultado ser mucho más grandes de lo que se suponía antes (4 billones de metros cúbicos, en vez de 3,4). El monopolio puede asumir solo los riesgos, sin necesidad de cooperar con compañías occidentales.
El consorcio está dispuesto a atraerlas en calidad de contratistas solamente, además en condiciones muy desventajosas para ellas.
Los resultados de los últimos estudios geológicos han permitido eliminar la mayoría de las dudas y menospreciar las propuestas no muy atractivas hechas por las compañías extranjeras, manifiestan en Gazprom.
Lo más probable es que Stockman se explote según el esquema buy-back, que se utiliza en el yacimiento iranio de Pars del Sur: todos los riesgos tecnológicos los asumen los contratistas, y si éstos no logran garantizar la rentabilidad del proyecto, ellos mismos van a sufrir pérdidas. Este esquema es mejor para Rusia que el utilizado en Sajalín, donde el Estado lo paga todo, dicen en Gazprom.
A su vez una fuente cercana a Statoil considera que buy-back es un contrato leonino, pues prevé ganancias mínimas para los extranjeros. Excepto Irán, no lo utilizan en ninguna otra parte del mundo, dijo.
Según la directora del Centro de Estudio de los Mercados Energéticos Mundiales, Tatiana Mitrova, los riesgos tecnológicos en Stockman siguen siendo altos. El yacimiento se ubica a 550 km de la costa, la extracción se dificulta por grandes icebergs, bajas temperaturas en el fondo marino, la noche polar y el oleaje.
No obstante todo ello, los extranjeros están dispuestos a reanudar las negociaciones con Gazprom. Ya el próximo viernes una de las compañías va a debatir el nuevo esquema de su participación en el proyecto.
