Segunda parte y fin de la publicación (primera parte).
El líder de Cuba, Fidel Castro Ruz, quien en agosto pasado cumplió 80 años, ha sido y sigue siendo un político descollante que imanta la atención tanto de sus admiradores como de sus adversarios. ¿Cuáles son las cualidades humanas de Fidel? ¿Cómo habrá podido conquistar a millones de sus adeptos y seguidores? A ello se refiere Vitali VOROTNIKOV, ex embajador de la URSS en Cuba (1979-1982) y Presidente del Consejo de Ministros de la Federación de Rusia (1983-1989), en entrevista con Víktor LITOVKIN, comentarista de temas militares de RIA Novosti.
V.L.: Existen muchas leyendas sobre la opción hecha por Fidel a favor del camino de desarrollo socialista y no capitalista para Cuba. Se dice que por culpa de EE UU Fidel llegó a ser comunista acérrimo. ¿Corresponderá o no a la verdad esta opinión?
V.V.: Fidel da respuesta bastante exhaustiva a este interrogante, lo mismo que varios periodistas, testigos oculares de ese proceso. Ofrece mucho interés la formación de Fidel como figura política que parte de su infancia. Vástago de una familia campesina, su padre, Angel Castro, de nacionaloidad española, peleaba en Cuba, pero las tropas españoles sufrieron derrota y abandonaron a Cuba. Pero su padre, campesino bastante pobre, procedente de Galicia, provincia situada en el norte de España, supo ahorrar dinero, regresó a la isla y comenzó a trabajar. Poco a poco creó su granja y, tras haber adquirido miles de hectáreas de tierra, se convirtió en latifundista. El padre de Fidel contaba con una legión de obreros asalariados. Se casó con una cubana laboriosa, bonita y muy beata. El padre de Fidel era católico. La familia tenía cuatro hijos que no se educaban como campesinos, sino que recibieron buena instrucción, aunque, naturalmente, sus contactos con los braceros que vivían de cerca, en las colinas, ejercieron influencia en los niños.
Fidel me contó que no tenía costumbres ni hábitos burgueses, ya que vivía en un ambiente distinto. En esencia, de procedencia campesina, a pesar de tener grandes posibilidades, llevaba la vida de campesinos. Debajo de la casa se encontraba el ganado; algunos de nosotros, decía, pastaban gansos, otros vacas u ovejas y todos estaban en permanente contacto con los pobres. Dijo que conocía bien su vida. Luego Fidel hizo estudios en Santiago de Cuba, más tarde ingresó a la Universidad de La Habana donde se inició su trayectoria política. El Partido Comunista de Cuba era muy débil. Según los propios cubanos, el pueblo lo tildaba de "demonio". Fidel no estaba listo a aceptar las posiciones del partido comunista.
V.L.: ¿No admitía Fidel las ideas comunistas?
V.V.: Entonces, no. Me dijo que cuando comenzó a estudiar las obras de Marx, Lenin y otros dirigentes de tendencias socialista y comunista, le comenzaron a surgir ideas sopesadas de que sería difícil aplicar en las condiciones de Cuba los métodos utilizados por estos partidos progresistas, al parecer, en su lucha por los intereses del pueblo. Cuando se graduó en la Universidad, ya abrigaba los planes de la lucha armada. Consideraba que el pueblo estaba listo a derrotar el gobierno venal y corrupto de Batista, que era fácil derrumbarlo y crear condiciones favorables para la vida del pueblo.
Lo demás usted ya conoce. El asalto al cuartel Moncada tuvo desenlace dramático. Fidel y sus compañeros fueron enjuiciados y metidos en la cárcel. Pero Castro, brillante abogado versado en Derecho, supo organizar la defensa contando con el apoyo de la opinión pública de modo que al cabo de dos años él y sus amigos sobrevivientes fueron puestos en libertad. Ellos emigraron a México, desde allí, en 1956, los 81 jóvenes rebeldes con Fidel al frente, a bordo de un pequeño yate "Granma", desembocaron en la playa "Las Coloradas" de Cuba. Estalló la guerra que concluyó con el golpe de Estado.
Los norteamericanos no comprendían ni se imaginaban el camino que seguiría Fidel Castro. Pues, tras llegar a ser primer ministro, Castro comenzó a realizar varias reformas desligadas de los principios capitalistas: nacionalizó los bancos y la industria, entregó tierra a los campesinos, a razón de 60 o 70 hectáreas por familia, y llevó a cabo otras reformas igualmente revolucionarias en materia de la educación. Sus relaciones con Washington se vieron agravadas.
V.L.: Se dice que también privó de la propiedad a su propia familia.
V.V.: Esto no es del todo exacto. La familia de Castro entregó también sus tierras a los campesinos que en ellas trabajaban. El padre ya murió, pero la madre no lo objetó. De veras, era una mujer beata, veía la injusticia reinante en Cuba, comprendía que era necesario efectuar cambios. Sin embargo, se manifestaba categóricamente contra los comunistas. Solamente en los últimos años de su vida creyó, por fin, que si sus hijos los apoyaban, no podrían emprender algo malo.
Naturalmente, en la mente de Fidel estaba madurando la necesidad y la obligación de hacer llegar al pueblo el fin de sus actividades. Era indispensable ponerlo todo en claro. Pero no disponía de la televisión ni de la radio, solamente podía encontrarse con el pueblo e intervenir ante éste. No quiero entrar en detalles, ya que existen muchos libros dedicados a ello. Frecuentemente me preguntan: por qué Fidel pronuncia los discursos tan largos. Pues, lo hace para explicar a la gente poco instruida qué, cómo y por qué razón se hace en Cuba, qué quiere el poder y cómo lucha contra la expansión norteamericana y el bloqueo económico.
V.L.: ¿Habrá sido el comienzo de la amistad de Fidel con la Unión Soviética la búsqueda de la protección de Cuba ante la presión de
EE UU?
V.V.: Por supuesto. Los norteamericanos provocaron e impulsaron ese proceso. Si no fuera por su insolente agresión en Playa Giron que sufrió fracaso, nuestras relaciones no pudieran desarrollarse tan impetuosamente. También ahora Washington considera a Cuba y Fidel como su enemigo.
V.L.: ¿Ha sido el desembarco norteamericano en la Bahía de los Cochinos lo que impulsó a Fidel a pedir ayuda a la Unión Soviética?
V.V.: En modo alguno. Los contactos con la Unión Sovietica datan desde los principios de los 60. Todo comenzó por la formación de brigadas juveniles voluntarias que salían a Cuba para participar en la zafra. Sus participantes se referían a la vida en nuestro país. Luego las relaciones empezaron a fortalecerse hasta que nuestro país creó allí una base militar. Cuando los norteamericanos se enteraron de esto, comprendieron que la situación se agravó hasta tal punto que era necesario emprender algo: si los rusos no evacúan sus misiles, organizaremos un bloqueo total de Cuba, amenazaba EE UU. Estalló la crisis caribeña, para cancelar la cual Jruschov tomó la decisión de retirar los misiles, sin ponerlo en conocimiento de Fidel.
V.L.: ¿No estaba al tanto de la retirada de los misiles?
V.V.: No, lo ignoraba. Fue una decisión unilateral. Fidel no estaba en contra. Pero lo que le indignó era que no le hubieran puesto al corriente, lo que le humillaba. Poco tiempo después nuestras relaciones se estropearon, pero en algunas esferas la cooperación se mantenía aún. Nuestros asesores trabajaban en algunas empresas, intentando hacer algo. Pero Fidel comenzó a buscar apoyo de China y Corea del Norte. Sin embargo, no tardó en comprender que no podía mantener contactos con Pyongyang, ya que su sistema era totalmente distinto. Pero comenzó a fomentar relaciones con China que no eran tan eficaces como querían los cubanos.
No obstante, la entrevista con Kosyguin en 1972 impulsó el desarrollo de nuevas relaciones con la Unión Soviética. Comenzó a formarse un sistema de desarrollo sectorial. En cada sector trabajaban grupos de asesores más calificados, incluidos los militares que no creaban antecedentes, sino que ayudaban a Cuba a realizar los planes de La Habana, y no de Moscú.
V.L.: ¿No será consecuencia de aquella "ayuda" nuestra lo que hoy se observa en Cuba, sus acuciantes problemas económicos, incluido el sistema de racionamiento de comestibles por libreta? ¿O tendrá la culpa el bloqueo norteamericano, o el hecho de que Rusia abandonara a Cuba a su suerte? ¿O, tal vez, fue incapaz de seguir manteniendo las relaciones que unían a los dos países?
V.V.: Eso no dista mucho de la verdad. Seguramente, lo principal es que en realidad, Yeltsin rompió de manera burda y descarada todas las relaciones con Cuba. En días contados evacuó de allí a los asesores, consejeros y equipos y rescindió todos los contratos firmados con Cuba.
V.L.: ¿Por qué lo hizo?
V.V.: Porque esto le convenía. Ante todo, para poner de manifiesto sus ambiciones de líder del país que había optado por el desarrollo capitalista cumpliendo dócilmente las órdenes que le daban sus consejeros norteamericanos. A principios de la década del 90 éstos invadieron el Kremlin y Rusia. Estaban presentes en cada ministerio, en cada sector y en los círculos allegados a Yeltsin. No sólo lo hizo, sino que se esforzó al máximo para ganarse las simpatías de Occidente y de EE UU. Dijo: "cuando estuve en Norteamérica he realizado dos vueltas alrededor de la Estatua de la Libertad y olvidado en seguida todo ese socialismo-comunismo. Comprendió que era necesario seguir el ejemplo de ese país. País en que predominan la libertad e independencia y que ofrece una vida lujosa". Pues, Yeltsin vivía con mucho lujo, a sus anchas. Andaba de juerga, echaba traguitos acompañándolos de su acostumbrado "me entiendes". Poco le importaban la situación en el país y la actividad de los consejeros y de su propio entorno.
Poco a poco Putin normalizó la situación, pero lo anterior afectó en considerable medida nuestras relaciones con Cuba. El 80% de su economía dependía de los suministros de Rusia. Cuando esa cooperación se esfumó, la isla arrostró una situación desastrosa. Pero he de decir que todavía en el período de nuestra reestructuración, de las reformas de Gorbachov, Fidel comprendió que Cuba se pasó algo de la rosca siguiendo fielmente el camino trazado por la Unión Soviética y también por Gorbachov. Los cubanos comenzaron a crear una plataforma política menos dogmática que la existente en nuestro país.
Procede señalar que en la primera fase de la reestructuración no nos proponíamos renunciar a la vía de desarrollo socialista. Queríamos transformarla y crear las condiciones capaces de interesar a la gente, diversificar las formas de propiedad y de competencia, pero conservando el control del Estado sobre las estructuras básicas: el Ejército, la industria petrolera y minera, todos los sectores de materias primas, la metalurgia y la energía eléctrica debían pertenecer al Estado. Y las demás esferas: el sector de servicios, la industria alimenticia y ligera pudieran ser privatizados y desarrollarse al amparo de la competencia...
Fidel comenzó también a practicar semejante política, a establecer contactos con otros países, incluidos los capitalistas, y a crear empresas mixtas. Esta resolución se remonta al tiempo de mi trabajo en Cuba y la hemos discutido con Fidel.
Decía que deberían invitar a canadienses y japoneses a algunas empresas transformadoras, de industria química y de abonos minerales y cooperar con ellos. Yo decía que era una buena idea, pero el Estado tendría que ejercer el control. Fidel comprendía que sin hacerlo Cuba no podrá sobrevivir. Los cubanos comenzaron a trabajar según el esquema siguiente: atraer inversiones, crear empresas conjuntas, modernizar los equipos. Subieron los salarios, lo que les permitió gastar más. Este hecho viene acompañado del desarrollo de otros sectores que trabajan para el consumo, y así sucesivamente.
V.L.: ¿Por qué esos planes no se han hecho realidad?
V.V.: ¿Cómo que no? Las medidas adoptadas surtieron efecto. Por esto Cuba sobrevivió. En general, a juicio de algunos teóricos y economistas, Cuba tendría que sucumbir, sufrir fracaso. Pero le ayudó mucho el que los cubanos abrazaran el camino de cooperación con algunos países capitalistas y rechazaron algunas consignas políticas.
V.L.: ¿Las relativas al papel rector del partido comunista?
V.V.: De ninguna manera. El papel rector que el partido comunista desempeña en la sociedad cubana es inamovible. Los cambios principales se operaron en la economía. Ahora su orientación ya es distinta. Se dio prioridad al turismo. Conjuntamente con españoles, luego con italianos y más tarde con otros países construyeron lujosos hoteles dotados del excelente sistema de servicios, con los campos de golf, casino y otras cosas por el estilo, ante todo en Varadero. Es una zona cerrada al acceso de los amplios sectores del público, allí no hay gamberrismo ni elementos delictivos. Ya comenzaron a crecer los beneficios provenientes del turismo que se clasifica en el primer lugar de la economía, siendo principal rubro de la renta nacional. Incluso la producción de azúcar perdió su primacía.
Luego los cubanos hicieron extensiva la cooperación al desarrollo de los sectores de alta tecnología y de materias primas. Con el Canadá se mantiene la cooperación en la industria extractora de níquel. Pese a que nosotros también trabajábamos bien en ese sector e hicimos mucho, los canadienses suministraron tecnologías más modernas. Los cubanos aumentaron la producción de níquel en dos ó tres veces respecto al nivel anterior.
V.L.: ¿Qué pasó con nuestros intereses en ese ámbito?
V.V.: En la época de Yeltsin nuestro país se negó a trabajar en el sector. Cuba comenzó a cooperar con México en la extracción de petróleo. Al cooperar con nuestros especialistas, los cubanos extraían en total 300 mil toneladas de petróleo, porque nuestro país no pudo suministrar a Cuba los equipos que ella necesitaba. Se decía que era difícil transportarlos a una distancia tan grande, que era necesario cubrir las demandas propias, pues, a la sazón, en la URSS se extraía a razón de 630 millones de toneladas de petróleo al año. De tal modo, los cubanos se vieron obligados a firmar el acuerdo de cooperación con México, de lo que yo era testigo.
Llamé al presidente del Comité Estatal de Planificación de la URSS, Baibakov, le avisé que estábamos perdiendo el chance de sacar beneficios porque no suministramos a Cuba los equipos necesarios. En respuesta me dijo: "¿Qué puedo hacer? No tengo recursos. Asediado a demandas, llego a cumplir a duras penas nuestros propios pedidos". Pues, en la actualidad Cuba extrae unos 5 millones de toneladas de petróleo, es decir, cubre la mitad de sus demandas. Además, fueron descubiertos los yacimientos de gas, mientras que el mejoramiento de las relaciones con Venezuela proporcionó petróleo complementario a la isla. Dicho en otros términos, la economía devino un pilar de la política, lo que no se observaba en los tiempos de nuestra reestructuración, cuando la economía quedó aplastada por la política.
Realizo visitas frecuentes a Cuba. Casi una vez cada dos años. Por última vez estuve en Cuba el año pasado y, por paradójico que parezca, ahora Cuba vive mejor en comparación con la época soviética. Tiene libre comercio, en que esta involucrada mucha mano de obra. La gente que trabaja en las empresas conjuntas cobra salario en divisas convertibles. Aunque parte de sus ingresos la transfieren voluntariamente al Estado para el desarrollo del sector social: educar y suministrar gratis ropa a los escolares, proporcionarles libros de texto, organizar su alimentación y asegurar sus estudios en los centros docentes superiores. Esa política se practica hasta hoy en día.
En Cuba existe la libre circulación de divisas, pero bajo el control del Estado. A decir verdad, como resultado de la política provocadora de EE UU, oficialmente el dólar está prohibido, aunque es posible cambiarlo. Pero no se puede comprar nada por dólares.
V.L.: ¿Existen los comercios análogos a nuestra "Beriozka"?
V.V. Sí, los hay, pero ellos venden sus mercancías por euros y por pesos convertibles, moneda que existe en Cuba. Por pesos convertibles se puede comprarlo todo en sus tiendas, especialmente, en la zona destinada al servicio a los extranjeros y, por supuesto, en La Habana. Todos los cubanos que cobran salario en monedas extranjeras o pesos convertibles podrán gastarlos en esos comercios.
Los cubanos dieron libre acceso a su mercado de productos agropecuarios. Además, aparecieron los llamados "mercadillos" que ofrecen objetos de artesanía popular, cualquiera bagatela, bordados, puloveres, calcetines: todo lo necesario en la vida cotidiana... Es decir, en comparación con la situación existente en la época soviética, Cuba se nos ha adelantado. Quienes dicen que ahora la vida en Cuba ha empeorado, se equivocan, simplemente no saben con qué podrían compararla.
Se operaron cambios incluso en su aspecto exterior. En La Habana hay muchos automóviles de marcas extranjeras, incluidos nuestros. Los cubanos cooperan con la fábrica "VAZ". La gente se viste con elegancia. El que se venda por libreta determinada parte de alimentos, cuyo precio es simbólico, asegura a cada habitante el mínimo necesario de subsistencia. Pero si el cubano trabaja, si cobra jubilación o tiene ingresos complementarios, tendrá un plus a esos alimentos, a la leche...
V.L.: Al arroz, a la carne...
V.V.: No, no hay carne. La ración cotidiana incluye arroz, productos lácteos, fideos y harina. También frutas y legumbres. Conviene señalar que las frutas son fabulosamente baratas, porque abundan. El mango crece a lo largo de las carreteras, si uno quiere, podrá recogerlo y comer, sin hablar ya de las nueces de coco, y así sucesivamente. En general, nadie las considera como alimentos.
Al volver al gran prestigio de que Fidel Castro goza entre la población de Cuba, hay que decir que éste se debe también a su flexibilidad, a que halla posibilidades de influir sobre la economía del país incluso en las condiciones impuestas a Cuba por EE UU y también por nuestro país. La gente ve que la vida se viene mejorando, se construyen carreteras y viviendas, sube el salario y las tiendas ofrecen un amplio surtido de mercancías que la población puede comprar... Y lo aprecia también.
V.L.: Vamos a volver a las cualidades personales, humanas de Fidel Castro. ¿Cómo es Fidel Castro en el plano personal?
V.V.: Naturalmente, es un hombre extraordinario. En nuestro país sucede frecuentemente que después de muertos conocidos actores, escritores o dirigentes políticos se les pone el calificativo de grandes. A veces lo es verdad, pero no siempre. Diría que Fidel es un gran hombre verdaderamente legendario. Y no sólo por su nivel cultural, sino también por el carácter. Es notorio que Fidel Castro es un hombre muy instruido. Domina a perfección el Derecho y la jurisprudencia internacional. Es ducho en materia de la religión. Se siente absolutamente libre participando en disputas y discusiones sobre temas de la religión. Es gran conocedor del arte y, además, del arte moderno, lo que siempre me sorprendía.
Yo, por ejemplo, no acepto el arte moderno ni abstracto, pero en Cuba Fidel estimula el desarrollo de esa tendencia de las artes plásticas y lo entiende perfectamente. Conoce bien a fondo la literatura y la historia. Y no sólo la historia de América Latina, sino también la historia universal. Posee conocimientos enciclopédicos. Se ocupa de los problemas concretos de la economía. Conviene señalar que si se pone a estudiar algo, lo estudia hasta la médula. Por ejemplo, decidió organizar la fabricación de queso en Cuba que antes no se producía. Los cubanos no tenían la idea de lo que era el queso. Vivían sin queso, lo que les importaba un comino. Pero Fidel fue a Francia, luego envió a especialistas a ese país, compró equipos y organizó la producción de quesos en varios lugares.
Ahora que usted viene de visita a los cubanos, como colofón al almuerzo se le sirve un surtido de quesos más diversos en una bandeja de madera, a cualquier gusto. ¿Quién lo hizo? Lo hizo Fidel. Otro ejemplo: se aficionó a nuestra cocina. Procede señalar que Fidel es excelente cocinero especializado en frutos de mar, aunque es poco exigente y come todo lo que le permite su dieta. Presta mucha atención a su salud y practica deporte para no engordar. Raras veces que Fidel nos visitaba en nuestra residencia, una o dos veces al mes, yo le convidada a saborear algunos platos nuestros: los pelmeni (emparedados de masa con carne picada), empanadas, hojuelas. Fidel siempre preguntaba de qué estaba preparado y cómo.
Nuestras entrevistas tenían lugar no sólo en oficinas o en mi residencia, en algunos lugares de recreo, en empresas... También hubo encuentros casuales. Por ejemplo, llego a una fábrica y veo allí a Fidel, o al revés, Fidel llega al lugar donde estoy, y siempre encontrábamos tiempo y posibilidades de conversar. A veces pasábamos juntos los días feriados.
Dicho en otros términos, me encontraba con él en diversas situaciones y quiero decir que es un hombre muy modesto, muy bien educado, aunque emocional. Pero conoce el lugar y la hora donde pueda estallar de ira. Se emociona en demasía ante el público, pero, por lo común, presta atento oído a sus interlocutores que es una cualidad muy rara en los estadistas y políticos, especialmente entonces, cuando el tema le interesa. Pero si uno se pone a charlar sin ton ni son, Fidel aborda con delicadeza un tema distinto. No le gusta la habladuría. Y trata con suma prudencia a cuantos peroran mucho, pero no hacen nada, y hasta los excluye de su entorno.
Pero es muy democrático en sus contactos con la gente sencilla, aunque no admite el trato familiar. No besa ni abraza a nadie. Puede darle palmadas en el hombro. Es decir, tales cualidades humanas atraen mucho a la gente.
Y no lo hace porque busca posesionarse: es su manera de ser, nada más. Puede reírse, aunque se ríe raras veces, más a menudo, sonríe; a veces es serio y reservado, alegre o emocionado. Cuando vine a verlo y le comunicó que nuestras tropas habían entrado en Afganistán, literalmente dio un salto: "¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Para qué? ¿Quién? ¿Por qué?" Dijo que escribía a Brézhnev, ya que teniendo en cuenta la situación existente en aquel país, no debía hacerlo. Hubo momentos como éste. Luego se tranquilizó y me dijo: "¿Qué se puede hacer? Pues, el hecho tendrá inmensa resonancia en el mundo. Hemos de dar ciertos pasos. ¿En qué puedo ayudarles? ¿Será posible influir en la opinión pública? ¿Qué hay que hacer para que eso se acabe pronto, ya que se verterá la sangre, habrá la guerra?..."
Para siempre tengo grabado en la memoria que Fidel ha sido y sigue siendo nuestro amigo a pesar de todo. Ser fiel en la amistad: ¿habrá algo más valioso en un político? Le deseo mucha salud y espero que nos veamos aún por más de una vez.
