Las estipulaciones contenidas en la Carta de la Energía no se corresponden con los intereses de Rusia, planteó Vladimir Putin y sugirió ora modificar el documento ora elaborar un nuevo.
En el capítulo de suministros de hidrocarburos, la Carta se ajusta a los intereses nacionales de Rusia, opina el director del Instituto de Energía y Finanzas, Leonid Grigoriev. "El petróleo se comercializa en diversos mercados, mantener la estabilidad en los cuales conviene tanto a Rusia como a Europa. No existen las divergencias de fondo en el punto relativo a los suministros de gas. Lo volvió a confirmar la guerra de gas que Ucrania desencadenó contra Rusia el pasado mes de enero", manifestó el experto.
Suscitan descontento en las autoridades rusas otras cláusulas de la Carta. Es un hecho que el documento haya reglamentado los suministros de gas sin decir nada sobre la energía nuclear y las ventas de electricidad. "El tiempo se perdió en discusiones -sostiene Grigoriev-. Antes Occidente no quería someter a debate esta problemática y Rusia no insistía en ello. Se presentó el problema de homologación tecnológica de las redes entre Rusia y la UE, pero a los europeos les interesa poco este asunto."
La manzana de las discordias es el mercado de materiales nucleares. Putin estima en 200-300 millones de dólares las pérdidas que ocasiona al país la política discriminatoria por parte de Europa. Según las palabras de Grigoriev, Rusia se muestra descontenta con las restricciones que la UE impuso a la importación de tales materiales.
