El líder de Transdniestria, Igor Smirnov, ha visitado Moscú por primera vez después de que fueran hechos públicos los resultados de la consulta pública, en la que más del 97% de los habitantes se pronunciaron por la unión con Rusia.
Como era de suponer, en Moscú a Smirnov no le dieron garantías algunas de la unión. En opinión de expertos, el líder de Transdniestria tampoco esperaba obtenerlas.
Tras la visita de Smirnov, se hizo obvio que de hecho Moscú y Tiraspol no llegaron a ningún acuerdo. Al propio tiempo, las autoridades de Transdniestria ya tienen bien claro qué política aplicarán respecto a otro vecino suyo: Moldavia. Según el líder de la república secesionista, las relaciones entre Tiraspol y Chisinau se regularán, entre otras cosas, por el tratado de las relaciones equitativas. "Moldavia no tiene ningunos otros derechos históricos, jurídicos y otros de enseñarle a Transdniestria el camino a seguir", manifestó Smirnov, calificando de imposible la permanencia en el seno de Moldavia.
Mientras tanto, algunas fuerzas políticas de Rusia todavía no han renunciado a la idea de la unión con Transdniestria. Por ejemplo, en opinión del diputado a la Duma de Estado, Serguei Baburin, el problema se reduce tan sólo al procedimiento de reconocimiento jurídico que ocuparía no más de un día. Acto seguido, los sucesos se desarrollarían a tenor con las estipulaciones de la ley de admisión de nuevas entidades en el seno de la Federación Rusa.
A juzgar por todos los indicios, el Ministerio de Asuntos Exteriores no está enfrascado en los preparativos para tal admisión.
En opinión de expertos, carece de sentido hablar del ingreso de Transdniestria en Rusia tanto en un futuro próximo como en una perspectiva lejana. "Desde luego, en Rusia hay fuerzas políticas que abogan por la admisión, pero de este modo se sentaría un precedente peligroso que podría ser utilizado contra Rusia, incluyendo en el Cáucaso", manifestó el politólogo moldavo Oleg Serebrián. En su opinión, los resultados del referéndum podrían ser utilizados, en el caso extremo, para "presionar sobre las autoridades oficiales de Chisinau para desbloquear las negociaciones con Tiraspol, pero en Moscú nadie va a discutir este tema en serio". "En Chisinau piensan que Transdniestria es un importante tema de la política exterior de Rusia, pero Moldavia, sea con Transdniestria o sin Transdniestria, no es un derrotero estratégico de la política exterior de Rusia", concluyó el experto.
