Moscú, 23 de agosto, RIA Novosti. Si se reconoce la independencia de Kosovo, se sentará un precedente jurídico internacional que podría proyectarse a otros conflictos congelados, tanto en el espacio postsoviéticos como en otras regiones.
Lo ha manifestado el viceministro de Exteriores de Rusia, Grigiry Karasin, al conceder una entrevista al periódico Izvestia.
A diferencia de la desintegración de la URSS y Yugoslavia y la división de Checoslovaquia, en este caso pretende independizarse no una república que forma parte de la federación, sino una autonomía dentro de una entidad de ésta. Un estatuto análogo lo poseen también Abjasia, Osetia del Sur y Transdniestria, hizo recordar Karasin.
Quienes afirman que Kosovo es un "caso único" olvidan o no quieren notar que se trata de un enfoque poco consecuente hacia los conflictos existentes en diversos puntos del planeta o de una política de "doble rasero" aplicada a su arreglo, subrayó.
Rusia está en contra de ello. Nosotros partimos de que pese a todos los rasgos específicos que tienen los litigios concretos, deben aplicarse las reglas universales de arreglo, basadas en las normas del Derecho Internacional. Al propio tiempo, la integridad territorial no excluye la existencia de numerosas variantes de su solución y tampoco supone que deba menospreciarse la voluntad de los pueblos, dijo el diplomático.
Al comentar el eventual abandono de la CEI por Ucrania y Georgia, Karasin dijo que en Rusia no existe propensión a dramatizar la situación.
Nosotros partimos de que la participación en la Comunidad es la opción soberana de cada uno de sus miembros. Nadie detiene por fuerza a nadie en la CEI. Los Estados mismos, basándose en sus intereses nacionales y la experiencia de cooperación multilateral en el espacio postsoviético, ven las indudables ventajas de la integración, añadió.
