El destino del nuevo gigante metalúrgico que está formándose a partir del grupo europeo Arcelor no lo decidirán los gerentes ni los accionistas. En opinión de expertos, la disputa surgida entre la siderúrgica rusa Severstal y la mayor productora mundial de acero, Mittal Steel, ha puesto al descubierto la profunda confrontación existente entre Rusia y Estados Unidos.
Dmitri Parfionov, de la compañía de inversiones "Prospekt", afirma que la lucha entre Severstal y Mittal Steel no es más que una confrontación entre dos alianzas: Rusia-Unión Europea y Estados Unidos-India. Lo mismo piensa Alexei Makarkin, subdirector del Centro de Tecnologías Políticas: "Para EE UU resulta mucho más provechoso respaldar a la India en vez de oponer resistencia a la política de Rusia", declaró.
La analista de la compañía de inversiones "Finam", Natalia Kocheshkova, admite que pueda haber incidido el próximo ingreso de Rusia en la Organización Mundial del Comercio (OMC), un proceso donde ahora todo depende del consentimiento de EE UU. "Teóricamente, la OMC significa la suspensión de restricciones y un estímulo para que las compañías transnacionales globales se establezcan en el mercado, y en este caso es absolutamente lógica la actuación de Severstal y de Arcelor", explicó.
"Ahora irá formándose una imagen doble de la figura de Mordashov [presidente de Severstal] –agrega Parfionov–. Por una parte, ha salvado una compañía europea, pero por otra parte, es un 'protegido del Kremlin' que ha avasallado una compañía europea libre".
La postura de Rusia en esa transacción es la más acertada de todas, asegura Makarkin. "Moscú necesita nuevos aliados en Europa para poder superar las barreras que pone EE UU en el camino hacia la OMC –dice el politólogo–. Si Severstal logra crear una alianza, Rusia se ganará el respeto de Europa como un socio políticamente fuerte y perspicaz; y si pierde, se granjeará las simpatías de la mayoría de los países europeos por haber tendido una mano de ayuda".