Lula da Silva volvió a insistir en la necesidad de
apelar a una divisa distinta a la de EEUU para el comercio internacional, de manera de
disminuir la dependencia de la economía brasileña de las decisiones adoptadas por Washington.
"Tenemos tamaño, postura e intereses económicos y políticos que negociar. No renunciaré a la idea de que debemos trabajar para crear una moneda alternativa para que podamos comerciar con otros países. No necesitamos permanecer subordinados al dólar", sostuvo el mandatario brasileño durante un discurso en la sede del Partido de los Trabajadores.
En un diálogo con Sputnik, el analista internacional colombiano Daniel Prieto recordó que la necesidad de buscar alternativas a la moneda estadounidense no es una propuesta nueva en el discurso del jefe de Estado, aunque en este momento "cobra mayor relevancia" en medio de las presiones arancelarias desde Washington.
Para el especialista,
reducir la dependencia del dólar "es un objetivo factible" y, si bien no se logrará de manera inmediata, puede avanzarse "mediante la reestructuración de los acuerdos bilaterales y regionales vigentes". En ese sentido, recordó que
Brasil ya avanzó en este sentido en sus transacciones con China y Argentina para permitir pagos en monedas locales, lo que ha permitido "conquistar mayor autonomía económica y reducir costos financieros".
También consultado por Sputnik, el experto argentino en comercio exterior Miguel Ponce consideró que apostar por monedas alternativas al dólar puede ser algo perfectamente factible "entre los países que integran los BRICS" pero todavía "muy difícil" en el intercambio con otros mercados, más aliados a Washington.
De todas maneras, valoró que solamente el comercio entre los miembros de los BRICS y otros países vinculados a la asociación se llevan una buena parte de las transacciones comerciales en el planeta.
El camino puede ser más sinuoso al interior del Mercosur y la región, admitió el analista. Ponce recordó que el acuerdo
entre Brasil y Argentina para comerciar en pesos argentinos y reales está "firmado y vigente" bajo el nombre de
sistema de pago en moneda local (SML), incluyendo también a los bancos centrales de Paraguay y Uruguay, pero aún se utiliza "en menos del 5% del intercambio comercial entre Argentina y Brasil".
Para el experto, esta coyuntura podría servir para que el Gobierno de Lula "intente incentivar su uso aprovechando la escasez de dólares que existe en Argentina" y buscando que el Gobierno de Javier Milei "desideologice sus vínculos diplomáticos" en pos de mejorar el comercio.
En conversación con Sputnik, el analista internacional paraguayo Héctor Sosa Gennaro coincidió en que no parece haber "problema" en que los países utilicen sus monedas locales para las transacciones. Pero, advirtió que es "probable" que avanzar en ese sentido traiga "presiones" desde Washington, que buscará asegurarse la posición de privilegio señalada por Lula en su discurso.
En ese sentido, Sosa Gennaro aseguró que los países que vayan por ese camino deberán tener "la cintura suficiente para poder aguantar una presión que puede ejercer EEUU a nivel del comercio". Así las cosas, el experto puso en duda la capacidad de muchos países de la región para recorrer el camino trazado por Lula, a quien también podrían jugarle una mala pasada "las condiciones políticas internas" a un año de las elecciones nacionales.
De todos modos, para Prieto es posible que Brasilia pueda "liderar una adopción regional de pagos en monedas locales", valiéndose de su papel como principal socio comercial de varios de los países sudamericanos.
Menos optimista, Ponce advirtió que la región no parece estar lo suficientemente "madura" para apostar por una moneda regional, tal como se llegó a pensar incluso antes de los albores del Mercosur en 1989.
En efecto, el experto argentino recordó que lograr una moneda única de la región era parte del "sueño" de los expresidentes argentino Raúl Alfonsín (1983-1989) y brasileño José Sarney (1985-1990) pero no llegó a concretarse.
"Para que América Latina o, de forma más reducida, el Mercosur, tenga una moneda común, primero hay que aprobar varias materias, como la impositiva o de regulaciones. Estamos muy lejos de los niveles de integración de la Unión Europea, por ejemplo", apuntó el experto argentino.