"El objetivo no es el programa nuclear iraní, sino un cambio de poder y un Irán debilitado con un Gobierno diferente, con el que probablemente se volverá prooccidental y servirá como fuente de antagonismo hacia Rusia", subrayó.
Agregó que el mandatario de EEUU, Donald Trump, asumió este enorme riesgo para "mostrar la fuerza" de Estados Unidos en la región y también para "presionar a Irán y, en última instancia, a China, Rusia y Corea del Norte, para demostrar que tiene la capacidad [de llevar a cabo tales ataques]".
El 13 de junio, Israel atacó a Irán alegando que el país persa se acercaba al "punto de no retorno" en la supuesta creación de armas nucleares en breve plazo, un argumento que viene esgrimiendo desde hace años.
Días después, el 22 de junio, EEUU lanzó un masivo ataque con bombas antibúnkeres y misiles de crucero a instalaciones del programa nuclear iraní en Fordo, Natanz e Isfahán, para impedir que Irán adquiera un arma nuclear. Asimismo, Teherán niega que su programa nuclear contenga componentes militares.
El 24 de junio entró en vigor un alto el fuego entre Irán e Israel, tras 12 días de hostilidades que dejaron cientos de muertos y miles de heridos de ambas partes.