De acuerdo con los reportes de la prensa, varios de los ciudadanos congregados frente a la Knéset criticaron que la Administración del primer ministro Netanyahu priorice la escalada del conflicto por encima de lograr un acuerdo con Hamás para devolver a los 59 rehenes (o sus cuerpos).
Desde mediados de marzo, cuando Israel abandonó el cese al fuego pactado con Hamás en enero y mediados por varios países, Israel ha reiniciado sus ataques en la Franja de Gaza y zonas aledañas, además de bloquear el ingreso de comida y servicios médicos, una situación que fue duramente criticada la semana pasada durante una audiencia realizada en Corte Internacional de Justicia.
La mañana del 5 de mayo, el Gabinete de Seguridad israelí aprobó por unanimidad el plan para continuar la ofensiva militar en la Franja de Gaza, además de votar por mantener la presencia de soldados israelíes de manera indefinida, en contraste con el reclamo de la comunidad internacional y distintos organismos de Derechos Humanos.
"Estamos ocupando Gaza para quedarnos. Ha llegado el momento de dejar de temer la palabra ocupación", declaró el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, considerado uno de los miembros más radicales de la coalición de Gobierno.
En los últimos días, habían empezado a circular rumores sobre el inicio de una nueva fase en el operativo militar del Gobierno de Netanyahu en la Franja de Gaza, luego que las Fuerzas de Defensa de Israel llamaron a decenas de miles de reservistas para volver a enrolarse en las filas del Ejército.
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