Trump bastardea a Europa
La publicación incide en que la alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Kaja Kallas, envió una "invitación abierta" al nuevo secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, para asistir a la reunión de ministros de Exteriores, pero no recibió respuesta. Precisamente el silencio de Rubio reforzaría la preocupación de que el bloque comunitario fue puesto en un segundo plano por la Administración Trump, que buscaría priorizar los contactos con líderes y ministros nacionales.
En este contexto, Trump volvió a insistir la semana pasada en la adquisición de Groenlandia en una "dura" conversación telefónica con la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, informó The Financial Times. Según fuentes del medio, la conversación fue muy mal y el inquilino de la Casa Blanca se mostró agresivo y confrontativo ante la respuesta negativa de la mandataria, pese a que esta ofreció más cooperación en materia de bases militares y explotación de minerales.
En este sentido, durante el reciente Foro Económico Mundial de Davos, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declaró que con el retorno de Trump al Despacho Oval, Bruselas ha entrado en una "nueva era de dura competencia geoestratégica" y debe determinar su estrategia para evitar "una carrera global hacia el abismo".
"Lo que plantea Trump es que pretende que los negocios, el comercio entre EEUU y la Unión Europea ya no beneficien a la oligarquía de empresas globales con centro en Davos y retorne el momento donde la economía europea se vuelva un gran mercado que compre productos producidos en EEUU y no en China, y tampoco en la propia Unión Europea. Y esto produce un cortocircuito con von der Leyen y con el conjunto de los funcionarios que fueron parte de la estructura de los actores financieros globales", explica el director del Centro de Investigaciones en Política Económica [CIEPE], Walter Formento.