"El acontecimiento más trágico del año pasado fue el atentado en la sala de conciertos Crocus City Hall, donde perdieron la vida 146 personas", dijo Bastrikin en una entrevista concedida al diario Rossiyskaya gazeta.
También destacó que los jueces instructores rusos siguen determinando a los posibles cómplices de los terroristas que perpetraron el atentado.
"Continúan las búsquedas de las personas que podrían estar implicadas en la organización, preparación y financiamiento del ataque", refirió Bastrikin.
El 22 de marzo de 2024, hombres armados dispararon contra una multitud reunida para un concierto de rock en la sala Crocus City Hall, al noroeste de Moscú, e incendiaron el recinto, causando 146 muertos y más de 550 heridos.
El presidente ruso, Vladímir Putin, declaró que el ataque fue obra de islamistas radicales, pero supuso que podría ser un eslabón en una cadena de operaciones que se llevan a cabo contra Rusia desde 2014 "a manos del régimen neonazi de Kiev".
Según el Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB), después del atentado los terroristas intentaron huir hacia la frontera entre Rusia y Ucrania. Kiev negó de plano su implicación en el ataque.
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