Bloomberg afirmó que la simple amenaza arancelaria "está provocando una lucha" en el sistema de comercio mundial, que además lo deja propenso al aumento de costos, los "cuellos de botella" y ante las posibles perturbaciones en caso de una crisis económica.
27 de diciembre 2024, 18:31 GMT
"Todavía estamos en el período del miedo", afirmó Robert Krieger, presidente de la empresa de asesoría logística Krieger Worldwide, citado por el medio. "Está a punto de producirse una marea rey en la cadena de suministros".
Win Cramer, consejero delegado de JLab, con sede en California, señaló al medio que la empresa desplazó sus cadenas de suministro fuera de China para esquivar los aranceles impuestos durante la primera presidencia de Trump.
Además de frenar sus contrataciones, la compañía estaría considerando aumentar los precios de sus productos si el republicano impone un arancel universal. Algunas empresas se están anticipando a adelantar sus pedidos y otras buscan nuevos proveedores.
"La renovada tensión viene acompañada de mayores costos, en forma de mayores inventarios, envíos urgentes, más costosos o arriesgarse con socios no probados. Los beneficios se resentirán y los gastos se reducirán en otros ámbitos, afirman. En última instancia, los consumidores pagarán la factura", señaló Bloomberg.
A pesar de todas las medidas preventivas, no existen garantías de que las estrategias que ayudaron a algunas empresas durante la primera presidencia de Donald Trump puedan funcionar esta vez, afirmó Bloomberg. Con la amenaza de imposición de aranceles a productos canadienses y mexicanos, los aliados y adversarios están en su "punto de mira".
Una encuesta de Oxford Economics a 156 empresas, citada por el medio, mostró que 65% de los consultados aseguró que una guerra comercial "representa un riesgo muy importante para la economía mundial" en los próximos dos años, en comparación con el 38% de un enfrentamiento entre Rusia y la OTAN, y un 14% de un conflicto entre China y Taiwán.
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