Un futuro abierto
El propio término "momento liberal", si se profundiza en su contenido, tiene un tremendo potencial revolucionario en la esfera del pensamiento político. Lo que se consideraba como el destino, como algo inevitable, la ley de hierro de la historia, resulta ser solo un patrón en un lienzo más amplio y rico.
Esto significa que la humanidad dispone de una libertad infinita de imaginación política, es decir, a partir de ahora todo es posible. El retorno al pasado, incluida la remota antigüedad, la restauración de reinos sagrados, incluidos los imaginarios, el descubrimiento de nuevos caminos no transitados, la excavación de identidades olvidadas y la libre creación de otras nuevas. Basta con olvidarse del liberalismo y sus dogmas, y el mundo ya está cambiando irreversiblemente.
En lugar de la fatalidad de la sustitución de los humanos por máquinas (singularidad), del tecnoapocalipsis y del Armagedón nuclear garantizado, se abren ante nosotros horizontes desconocidos. Desde este punto, podemos ir en cualquier dirección: la dictadura del determinismo histórico queda derrocada. Comienza la pluralidad de los tiempos. Y el filósofo alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel con su imperio del espíritu y el establecimiento de monarquías de nuevo tipo es solo una de las posibilidades.
La perspectiva es atractiva, pero no es la única. Seguramente, entre la diversidad de civilizaciones humanas, habrá otras formas de superar el momento liberal.
1 de diciembre 2024, 11:11 GMT